El pacto de circuncisión fue establecido por Dios con Abraham y su descendencia física en Isaac y Jacob, para así asegurar el cumplimiento de las promesas de gracia dadas por Dios anteriormente. Por ello, el pacto de circuncisión junto con sus bendiciones y promesas, es sirviente del pacto de gracia, con sus bendiciones y promesas. Cristo cumple los fines de la circuncisión y hace posible que las bendiciones de gracia sean derramadas sobre su pueblo.

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