Dios atiende las oraciones de su pueblo Hno. Esteban Gálvez
Ap 8:1-5
Introducción:
Luego de haber recorrido cada una de las iglesias y de haber escuchado los sermones de nuestro hermano Pablo Navarrete en cuanto a los sellos notamos que algo quedo pendiente; El sello número siete aun no es abierto.
El capitulo ocho y los versículos que hemos leído nos presentan un prefacio claro sobre lo que veremos más adelante y es el sonido de cada trompeta que trae distintos juicios sobre la tierra. Las primeras cuatro son juicios tangibles o palpables, mientras las otras tres son juicios intangibles o “espirituales”.
Encontramos en nuestros versículos cinco encabezados estos son:
I-Silencio en el cielo, II-Las oraciones perfectas del pueblo de Dios, III-La soberanía de Dios y las oraciones de su pueblo y IV-La respuestas de Dios.
I-Silencio en el cielo
Versículos 1-2
- Cristo abre los sellos.
Recordemos hermanos que solo Cristo es digno de abrir los sellos Apocalipsis 5:5
Juan estaba triste, sin esperanza pues nadie podía abrir los sellos que tenía el libro. Pero Se presenta nuestro señor lleno de gloria, de alabanzas y comienza abrir los sellos. Ahora abre el número siete y ocurre algo totalmente diferente a lo que había ocurrido con los otros seis sellos. No se invita a Juan a mirar, tampoco vemos un juicio inmediato. Lo que dice la palabra del señor es que en ese mismo momento, cuando Cristo abre el sello número siete, se produce silencio en el cielo.
El texto centra nuestra atención allí, al trono de Dios que está en el centro de este cuadro y vemos a siete ángeles se encuentran dispuestos a servir.
- Media hora.
Al abrir el sello séptimo ocurre algo maravilloso, el cielo queda en absoluto silencio. Este silencio nos genera un sentido de expectación y centra absolutamente toda nuestra atención al trono de Dios.
Antes de continuar debemos ser enfáticos en decir que media hora no es algo cronológico, simboliza también un tiempo determinado de silencio en el cual ocurren todas las cosas que veremos hoy, estas nos enseñaran y animaran a servir al señor con mayor entusiasmo y consagración.
- El Silencio.
Este silencio solemne lo podemos ver en muchos pasajes de la biblia, principalmente en los profetas por ejemplo en Zacarías 2:13 Debido a que Jehová se ha levantado de su morada el profeta manada a toda carne a guardar silencio.
Pero la imagen más clara en la cual se hacía silencio total es la del templo. Cuando el sacerdote ofrecía sacrificio de incensó existía un temor reverencial, esperando a que fuese aceptado por Dios. Dice Alfred Edersheim:
“Es éste solemnísimo momento, cuando, a través de los vastos edificios del templo, un profundo silencio reposaba sobre la multitud que adoraba, mientras dentro del santuario mismo el sacerdote ponía el incienso sobre el altar de oro, y la nube de incienso [5:8] se elevaba delante del Señor, lo que sirve como imagen de las cosas celestiales en esta descripción.” (The Temple, p. 167)
Las trompetas eran utilizadas para eventos de mucha importancia en el pueblo de Dios, por ejemplo:
- Con la llegada del arca del pacto. Por ejemplo en Jericó antes de que sus murallas cayeran. (Josué 6).
- Cuando se presentaba un nuevo rey. (1 Reyes 1:34).
- Por juicio sobre Israel se advertía con este sonido y se llamaba así a un arrepentimiento nacional. (Isaías 58:1-12).
- Moises las uso para congregar al pueblo en culto y para el combate. (Números 10:1-9).
- Se usaban durante las fiestas y cada primer día de cada mes reconociendo así el Día del Señor. (Lev.23:24-25; Núm. 29:1-6).
Mientras que las trompetas simbolizan la venida de algo grandioso, el silencio prepara a todas las gentes para escuchar el sonido de estas
Dos simbolismos en nuestros dos versículos: El silencio en el cielo y ángeles preparados para hacer sonar sus trompetas. ¡Algo importante ocurrirá!
- Pero, ¿Por qué el silencio?
Ahora si nos situamos en el contexto de nuestros versículos debemos recordar que anteriormente Dios estaba siendo alabado, con canticos, aplausos, por seres celestiales y con los santos redimidos, pero al abrir el séptimo sello todo queda en silencio, ¿Por qué?
Tenemos un gran cuadro aquí con:
Quien está sentado en el gran trono es Dios, el tres veces santo, todopoderoso, el único digno de toda gloria, honra, poder, creador y sustentador de todas las cosas. (Apocalipsis 4 y 11) Es Él quien hace callar absolutamente todo en el cielo, incluso la misma adoración que estaba recibiendo de los 24 ancianos y de los 4 seres vivientes y de la multitud (Apoc 4:8-11). Los siete ángeles con sus trompetas muestran que algo importante sucederá, pero si Dios es digno de ser alabado constantemente y por siempre:
¿Que ha provocado que Dios permita este silencio en su misma presencia?
Responderemos desarrollando nuestro siguiente punto:
II-Las oraciones perfectas del pueblo de Dios
Versículos 3-4
- Un octavo ángel.
Luego de ver este cuadro, repito, con Dios en el centro y siete ángeles en frente de El con trompetas en sus manos y en silencio, el texto nos dice que aparece otro ángel en escena y este se para en el altar que estaba frente al trono de Dios, a este ángel se la da incienso, no poco, si no mucho, para ser añadido a las oraciones de todos los santos. El versículo cuatro refuerza esto al decir que el humo subió con las oraciones de los santos.
Al leer estos versículos en primera instancia no vemos el valor que tienen, no vemos que aquí se nos dan las respuestas a nuestra interrogante:
¿Que ha provocado que Dios permita este silencio en su misma presencia?
Y las respuestas, ambas validas, son las siguientes:
- Lo ha provocado su amor al oír el grito desesperado de sus hijos.
- Lo ha provocado la obra de Cristo, al abrir el sello y al interceder por los santos.
Desarrollaremos entonces estas dos respuestas:
- Lo ha provocado su amor al oír el grito desesperado de sus hijos.
Te invito a pensar en lo siguiente:
Tu hijo pequeño está haciendo sus cosas en su habitación y tú en el living de tu casa como padre o madre disfrutando de un libro, de una película, comiendo algo rico, durmiendo una siesta o imagina cualquier cosa placentera. Te llama la atención que tu hijo no emita tantos ruidos, no es normal, pero sigues en lo tuyo…y de repente escuchas el llanto potente y desgarrador de tu hijo quien está totalmente desconsolado gritando, mostrando así que necesita con urgencia de su madre o padre para atender su lamentable y grave situación.
¿Qué harías tu hermano (a)?...¿lo dejarías solo y le dirías ¡levántate y deja de llamar la atención!…?
¿Seguirías leyendo tu libro, disfrutando tu película, comiendo tu manjar favorito?
¿Llamarías al vecino o a un familiar para que vaya en ayuda?...
¿Acaso no dejarías todo e irías corriendo a ver qué le ha sucedió a tu pequeño?
¿Acaso el llanto de tu pequeño no pondría tu corazón a mil latidos y correrías sin importar nada de lo que estabas haciendo solo por el bien de tu pequeño?
Este silencio se realiza debido a que el Dios soberano ha decidido atender las oraciones de su pueblo. El perfecto padre tierno, por amor de sus hijos deja todo para atender a sus pequeños. El se ha dignado en dar atención a lo que su pueblo esta clamando. ¡Dios da una importancia tremenda a los gemidos, a las suplicas, a los ruegos de sus hijos!.
Esto no hace grande la figura humana, no aumenta el ego de los hombres, esto maximiza la gracia y misericordia de Dios quien cumple así sus promesas de estar al cuidado de su pueblo.
Salmos 34
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
17 Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.
Fue tan real cuando vino a tu corazón y lo es ahora al escucharte orar.
Hermano, hermana…¿Recuerdas ese día en que el vino a tu corazón?, ¿Recuerdas tus lagrimas por tu pecado?, ¿Recuerdas ese vacío y esa angustia que inundaba tu vida? ¿Y…recuerdas a Dios viniendo, de forma tan real y tan potente, a tu corazón y llenándote de vida, de gozo por haber sido perdonado, ¿ Lo recuerdas?...Pues es ese mismo Dios, El no sé a apartado de ti…quien fue tan real en tu conversión es quien atiende hoy tus suplicas.
Dios de toda gloria, tres veces santo, pero cercano a sus santos.
En apocalipsis vemos a Dios presentado con su santidad, su poder, su gloria…se ve como algo inalcanzable, algo totalmente lejano, pero no es así…no mires estas figuras de Dios en apocalipsis como algo ajeno, como un Dios diferente al que un día vino a tu corazón…El es cercano a su pueblo, está atento a sus suplicas pues ama a su pueblo y El se complace en bendecirnos, en escuchar y atender nuestras peticiones. Sus pequeños están en peligro y han llamado angustiados a su padre, el ha dejado todo en silencio para darnos atención y escucharnos tiernamente…
El tiene sus ojos sobre ti, no para juzgarte y ver el momento preciso para disciplinarte y hacerte sentir un total fracaso por no vivir como a Él le agrada y para recordarte ese maldito pecado. ¡No!
El tiene sus ojos sobre ti para cuidarte, su mirada jamás deja de estar puesta sobre cada paso que tú das, pues El desea el bien para ti y escucha tus oraciones, tu clamor es oído por el creador de todas las cosas. ¡El padre tierno escucha a sus hijos!.
No enalteciendo la figura del hombre y su supuesto valor de campeón, si no que enalteciéndose y glorificándose, a si mismo, al amar a pecadores como tú y como yo.
Este es el Dios todopoderoso que se ha dignado en hacernos parte de su familia y tratarnos con amor paternal perfecto e incondicional.
- Lo ha provocado la obra de Cristo, al abrir el sello y al interceder por los santos.
Las oraciones de todos los santos y de todos los tiempos están sucias.
Al leer nuevamente estos dos versículos podemos notar que al ángel se le dio mucho incienso para ser añadido a las oraciones de todos los santos que se encuentran en un recipiente en el altar delante del trono de Dios.
Aquí tenemos algo maravilloso simbolizado en las figuras del incienso sobre el fuego del altar.
Éxodo 30
1 Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás.
…6 Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo.
7 Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará.
8 Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones.
Cuando el sacerdote ofrecía a Dios, en el templo, sacrificio de incienso, lo hacía dos veces al día. él se paraba sobre el altar, que siempre estaba encendido con el fuego que el mismo Dios había proporcionado, y sobre este ponía un recipiente que contenía incienso aromático el cual emanaba un aroma que cubría toda el área y que debía ir hacia el cielo.
- La constancia de la oración.
El incienso no podía dejar de estar encendido en el templo, por lo tanto siempre este estaba llevando su humo hacia los cielos, siempre de manera especial llevaba un olor que buscaba ser grato ante Dios.
De la misma forma el altar de Dios en los cielos contiene las oraciones de todos los santos de todas las épocas. Siempre el pueblo de Dios ha elevado oraciones, jamás el pueblo de Dios ha dejado de orar. De manera perpetua la iglesia de Cristo ha seguido ofreciendo incienso a Dios.
¡Así nuestras oraciones deben ser realizadas de manera frecuente a Dios, teniendo la certeza de que El nos está escuchando!
El Padre ama a sus hijos y cuando ellos están desesperados claman, El los escucha y atiende sus suplicas por amor, pero…
¿Cómo es posible que Dios mantenga oraciones imperfectas de todos los tiempos y además las atienda siendo totalmente santo y su pueblo imperfecto y pecador?
- Porque en Cristo somos llamados santos:
Dice el texto que a las oraciones de los santos, ese nombre es importante. No dice a las oraciones de sus hijos, de sus embajadores, de sus amados, de sus elegidos etc… dice de los “santos” y esto enfatiza este título que se nos ha dado gracias a la obra de Cristo, la cual se grafica con el mucho incienso que el ángel debe poner en estas oraciones.
Somos santos gracias a Cristo Jesús, a su sacrificio en la cruz del calvario. Dice la palabra que en el somos:
1 Corintios 1:2…a los santificados en Cristo Jesús…
Efesios 1:1…a los santos y fieles en Cristo Jesús…
Filipenses 1:1…a todos los santos en Cristo Jesús…
Colosenses 1:2…a los santos y fieles hermanos en Cristo Jesús…
Existen muchos más textos donde vemos que quienes fueron incrédulos y rebeldes pecadores, ahora son llamados santos gracias única y exclusivamente a la obra de Cristo Jesús, sin embargo y a pesar de ser hechos santos mediante el sacrifico de Cristo, seguimos pecando, seguimos cayendo y nuestras oraciones son oraciones que suben a la presencia de Dios desde la tierra, por lo tanto llevan muchos imperfecciones, son impuras y un Dios santo no puede tolerar ni siquiera la mas mínima muestra de impureza.
Dice A.W. Pink en su tan conocido libro sobre Los Atributos de Dios:
“Porque Dios es santo, es completamente imposible que acepte a las criaturas sobre la base de sus propias obras. Una criatura caída podría más fácilmente crear un mundo que hacer algo que mereciera la aprobación del que es infinitamente puro. ¿Pueden las tinieblas habitar con la luz? ¿Puede el inmaculado deleitarse con los “trapos de inmundicia”? (Isa. 64:6). Lo mejor que el hombre pecador puede presentar está contaminado. Un árbol corrompido no puede producir buen fruto, si Dios considerara justo y santo aquello que no lo es, se negaría a sí mismo y envilecería sus perfecciones; y no hay nada justo ni santo si tiene la menor mancha contraria a la naturaleza de Dios. Pero bendito sea su nombre, porque lo que su santidad exigió, lo proveyó su gracia en Cristo Jesús, Señor nuestro cada pobre pecador que se haya refugiado en él es “acepto en el amado” (Efe. 1:6). ¡Aleluya!”.
- Cristo, el mucho Incienso (nuestro sacerdote intercesor).
Nuestras oraciones se ven ensuciadas por nuestros pensamientos alejados a lo que estamos diciendo con nuestra boca, también por la envidia con la cual oramos, peticiones imprudentes y también, en muchas ocasiones, nuestro corazón tiene amargura. Por lo tanto todo cuanto pedimos a Dios está manchado, está sucio y debería ser rechazado por Dios. Quiero decir con esto que nuestras oraciones, por mas piadosas que sean, por la mejor estructura y con el mejor orden que estén armadas, no deberían ser oídas, ni siquiera puestas en la presencia de Dios…Pero gracias, única y exclusivamente a Cristo Jesús, nuestras peticiones son purificadas, son limpiadas y escuchadas por el Santo Dios.
El texto dice que al ángel se le dio mucho incienso para ser echado a las oraciones de los santos. Esto simboliza a Cristo intercediendo por nosotros. Cada vez que un santo eleva una oración, mediante los meritos de Cristo Jesús, esa oración es aceptada por el tres veces santo Dios y sube a su nariz como una agradable ofrenda de incienso. Esto es lo que simboliza el mucho incienso que el ángel, un servidor de Cristo, pone con las oraciones de todos los santos.
Romanos 8:34
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
Simon Kistemaker dice lo siguiente:
“Las imperfecciones que penetran las oraciones de los santos se eliminaron, de manera simbólica, con el humo aromático, para que sus intercesiones, peticiones y alabanzas ascendieran al trono de Dios. Siempre que oramos, el ejercicio mismo parece ser sencillo. Pero quienes se dedican seriamente a orar saben que exige concentración y esfuerzo. Cuando nuestras oraciones se elevan, son colocadas en el altar. Luego un ángel toma nuestras súplicas, las coloca en un incensario, y las presenta a Dios. Una vez más, el ángel no es un mediador sino sólo un servidor en este proceso. Jesucristo, como intercesor, perfecciona nuestras oraciones y peticione”.
De ninguna manera debemos creer que nuestras oraciones mas las de Cristo hacen una sinergia o una mezcla perfecta, pensar que lo bueno nuestro más lo bueno de Cristo es agradable a Dios es una herejía. Debemos ser claros en que nuestras oraciones son sucias, no solo incompletas, sino que están infectadas y Cristo Jesús las purifica, el incienso las limpia y así Dios las puede aceptar.
Entonces podemos responder a nuestra pregunta inicial, ¿Que ha provocado que Dios permita este silencio en su misma presencia?
El silencio en el cielo lo ha provocado las suplicas incansables de su pueblo durante toda las épocas y estas han sido aceptadas, oídas y atendidas con tal sublime silencio en el cielo gracias a Cristo Jesús quien intercede por sus santos, haciendo de estas oraciones impuras, oraciones totalmente fragantes a Dios. Estas al subir a su nariz agradan al padre y El se dispone a responderlas.
Las oraciones del pueblo de Dios ahora son perfectas y aceptadas gracias Cristo.
III-La soberanía de Dios y las oraciones de su pueblo.
Apocalipsis Capitulo 8:1-5 (RVR1960)
El séptimo sello
1 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
2 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.
- Dios es soberano.
En este capítulo también debemos notar la increíble y hermosa relación que existe entre la soberanía de Dios y las oraciones de su pueblo.
Es por las oraciones de su pueblo, que son perfectas y agradables a Dios gracias a Jesucristo, que El las acepta y también responde. Es tanta la atención que el padre da a las suplicas de sus hijos que en su misma presencia todo queda en silencio.
Sin embargo, y gracias a estas oraciones, la respuesta de Dios viene sobre la tierra en juicios terribles para los incrédulos.
Sabemos que Dios es soberano y ha decretado todas las cosas. Ni siquiera un pajarillo cae a tierra sin que Dios lo permita. (Mateo10:29). Nuestro Dios hace lo que quiere (salmos 115:3, 135:6) Dios hace todas las cosas según el designio de su voluntad (Efesios 11) Y el salva a quien quiere, no depende de lo que podamos hacer (Romanos 9:13-21).
Llegamos a entender un poco mejor la palabra de Dios y esta hermosa doctrina de la soberanía de de Dios, pero lamentablemente concluimos erradamente, diciendo cosas como:
¿Porque debemos orar?, ¿Si Dios traerá juicio a la tierra, para que escucha las oraciones de su pueblo?, El pueblo no debería estar orando, Dios hará igual su voluntad.
- El caso de Daniel.
Jeremías 29
10 Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.
11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;
13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
14 Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.
Se ha entregado una profecía al pueblo de Dios a través del profeta Jeremías, y esta es que a los 70 años que se cumplan en el cautiverio babilónico, el pueblo volvería a su tierra. Pero existe un medio por el cual esta profecía se cumpliría; la oración sincera y en suplica. Así el señor cumpliría su palabra.
Después de haber pasado aproximadamente 67 años leemos lo siguiente:
Daniel 9
9 En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos,
2 en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años.
3 Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.
4 Y oré a Jehová mí Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;
¿Qué ha ocurrido?
Daniel estudiando la palabra del señor se da cuenta que el tiempo de regresar a Jerusalén estaba cercano, de acuerdo a las promesas de Dios. Y el versículo 3 dice de manera clara que Daniel dijo:
“Que alegría día llego el tiempo, esperare a que Dios cumpla su palabra, me quedare sentado mirando como todo pasa, iré de vacaciones pues Dios es bueno y todo saldrá bien, El es el soberano”
¡No! Daniel se puso a clamar al señor para que su palabra fuera cumplida!
Cuando entendemos que Dios es soberano debemos orar con mayor ánimo, con mayor certeza pues su palabra no miente y hará conforme a cada una de sus promesas.
Ni siquiera se habían cumplido los años, no dice cuanto faltaba, pero si dice que independientemente a eso Daniel fue a orar. El era un hombre de oración y a pesar de conocer las promesas de Dios, el no se quedo simplemente a esperar, el fue a clamar a su buen Dios para que sus promesas se cumplieran.
El fin y el medio, ambos decretados por Dios.
Nuestras oraciones tienen un papel importantísimo dentro de los decretos de Dios, no porque tú y yo seamos valiosos campeones que podemos modificar el futuro. Lo que debemos entender es que Dios tiene decretos claros que él ha decidido se cumplan desde antes de la fundación de mundo, pero también ha decretado medios por los cuales estos se cumplirán.
- Otro caso es la salvación de los escogidos.
Tenemos otro caso aquí en donde los decretos de Dios son claros, pero también el medio por el cual se cumplirá su decreto es revelado.
Romanos 10
13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Tenemos el decreto de Dios claro que es salvar a sus escogidos (Efesios 1:4), y entendiendo las implicaciones que contiene este versículo preguntemos ¿puede alguien ser salvado sin invocar el nombre del señor?, ¿Al morir un escogido sin invocar el nombre del señor, será salvado de su castigo eterno?
La respuesta es ¡NO!, Fuera de Cristo Jesús no hay salvación, nadie puede ser salvo si invocar su nombre.
Ese es el decreto de Dios, salvar a sus escogidos. Que sus escogidos en algún momento de sus vidas sean regenerados e invoquen su nombre.
Ahora, ¿cuál es el medio que Dios usa para que esa persona sea salvada? El medio es la predicación que otros llevan. Estos son usados como medios por los cuales Dios obra a favor de su pueblo.
No digo que Dios no pueda enviar ángeles o salvar el mismo de manera física a sus hijos, lo que digo es que Dios lo ha querido hacer de esta forma, porque él es soberano.
- Volvemos a apocalipsis.
El juicio de Dios está destinado a los incrédulos, pero los creyentes son instrumentos que Dios ha designado para que a través de la oración se cumpla este juicio.
Esto sucederá así, no hay mas vuelta que darle, tu puedes preguntar ¿y si no oro al señor, el cumplirá su palabra? La respuesta es un rotundo ¡Sí!. Hermano, hermana, tú debes ser como Daniel y venir en total humillación al señor, reconocer tu pecado y suplicar que por favor su palabra sea cumplida.
Así nuestras oraciones, y mediante los meritos maravillosos de Cristo, serán cumplidas en el tiempo de Dios.
Pero debemos orar sin cesar, ¡Jesús no da una orden para orar, él dice “...Cuando oréis…” El señor da por sentado que el creyente ora, es algo natural de quien ha sido salvado!
Anímate a orar
Cada oración que elevas, solo en los meritos de Cristo, es escuchada por el santo Dios desde su santo trono.
Tus oraciones entonces se suman a las oraciones de Abrhama, David, Nehemias, Pablo, Pedro, Huss, Lutero, Calvino, Jhonathan Eduards, William Carey, Charls Spurgeón etc… todas se encuentran frente al trono de nuestro señor…
¡Debemos pedir a Dios que cumpla sus promesas, pedir a Dios que nos salve, que nos proteja, pedir a Dios que su reino sea establecido en la tierra, que su voluntad este por sobre todas las cosas!
IV-La respuestas de Dios.
Versículos 4-5
- Fuego sobre la tierra.
La ofrenda de incienso es aceptada, solo gracias a que Cristo ha intercedido por su pueblo. Dios se dispone ahora a responder.
A simple vista nos parece extraño, o sacado de otra parte del libro de apocalipsis. Lo que aquí sucede. Todo ha estado enmarcado en un silencio solemne y en una dinámica reverencial en donde los santos, Cristo y el padre se encuentran en comunión, sin embargo repentinamente el ángel lanza fuego a la tierra.
¿A qué se debe esta reacción del ángel?
Se debe a que las oraciones han sido aceptadas. Dios a inhalado el incienso y esta es su respuesta.
¿Pero qué es lo que el pueblo ha pedido?
- La respuesta de Dios y las peticiones.
Si notamos cual es la respuesta de Dios, podremos saber entonces cual es la petición que ha realizado su iglesia durante todas la historia de la humanidad.
Dios no está regalando autos, no esta reglando casas, no está haciendo millonarios a los creyentes, Dios está iniciando el derramamiento de sus terribles juicios sobre la tierra.
Y esta respuesta se compone de:
Fuego del altar, lo que trae truenos, voces, relámpagos y un terremoto.
En Apocalipsis 6:9-11 vemos que los escogidos de Dios que están en su presencia suplican también para que Dios vengue su sangre. Sin embargo a ellos se les dice que aún no es tiempo. No se les niega la petición de venganza, se les dice que esperen un poco más.
Esta petición es ahora respondida, el total de creyentes ya esta sellado y es momento de que la ira de Dios se desate sobre la tierra y sobre sus moradores.
El salmo 18:6-15 nos muestra una petición realizada por David en medio de un momento de angustia.
Y también lo dicho por el mismo señor Jesús en Lucas 12:49 hablando sobre la discordia, debido al evangelio. “He venido a traer fuego sobre la tierra; ¡como quisiera que ya estuviese encendido!”.(NVI)
Podemos concluir que las oraciones acumuladas y que ahora se responden de manera completa o definitiva, son todas las oraciones que los creyentes durante todas las oraciones han hecho pidiéndole al señor que traiga su reino, que haga su voluntad aquí en la tierra como en el cielo. Son oraciones imprecatorias, el creyente que ama el bien desea que el mal sea castigado con un juicio justo y perfecto; el juicio de Dios.
Esta respuesta viene en los juicios que serán derramados con cada una de las siete trompetas.
Conclusiones
1-Dios recibe todas las oraciones de sus hijos durante toda la historia de la iglesia.
2-Dios, en su santo templo, da atención a las suplicas de sus hijos, con silencio en el cielo el atiende a su pueblo.
3-Gracias a la obra de intercesión de Cristo como sacerdote, nuestras peticiones son aceptadas por Dios. Cristo las purifica, limpiando todas nuestras faltas.
4-Dios responde, con agrado, nuestras peticiones y esta respuesta es juicio sobre la tierra.