En Gn. 17:8-14, el Señor varía el tenor en que se ha venido revelando a Abraham. Ya no se trata de promesas que cumplirá por gracia, sino que por primera vez demanda obediencia de parte de Abraham y su descendencia como condición para no ser cortado del pacto. Se trata del pacto de circuncisión, que es de entidad distinta al pacto de gracia que Dios ya ha venido revelando, y que introduce el pacto de Sinaí que luego se daría a conocer por medio de Moisés.

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