El pacto con Abraham define de ahí en adelante quiénes integran el pueblo de Dios, y por tanto quiénes reciben la herencia prometida. Dado que este pacto contiene dos dimensiones, una terrenal y otra espiritual, que a su vez se relacionan con dos pactos, el pacto de gracia (revelado) y el pacto de circuncisión (establecido), es fundamental entonces determinar qué ocurre con la simiente física de Abraham, a qué pacto pertenece y qué promesas están asociadas a ella.

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