LOS SANTOS DEL CORDERO
Terminando con el capítulo 6 analizado la semana anterior observamos como los Santos claman a Dios por Justicia y su venganza Santa, por la muerte de ellos, a causa de la predicación de la Palabra y de guardar los mandamientos del Señor, éstos Santos no solo murieron por nuestro Señor y su evangelio, sino que también vivieron por Cristo y su evangelio, si hemos de ser dignos de Dios, debemos vivir y morir para él. Nuestro Dios esta complacido en estos Santos, no por el hecho de que hayan muerto por él, sino que es la sangre de Cristo quien los salva, y están vestidos de vestiduras blancas porque Cristo es nuestro manto de santidad.
Observamos como dios despliega su ira a través de grandes calamidades, y como los elementos son destruidos por su fuego consumidor por medio de terribles señales, en donde todos los impíos sin distinción, los pobres, ricos, famosos, reyes, nobles, del vulgo, serán azotados por la Gran ira del Cordero. Y nace una pregunta al terminar el pasaje ¿Quién puede mantenerse en pie ante este Dios y su ira? Solo Cristo. Él fue quien pudo entrar por nosotros ante el trono celestial y mantenerse en pie, él se puso delante nuestro cuando la ira del Padre iba en nuestra contra por causa de nuestros pecados y rebeliones, porque solo el Hijo pudo amar al Padre de forma perfecta y el Padre lo quebranto en nuestro lugar. Nosotros no recibimos la ira, sino la Gracia del evangelio de Jesucristo.
Ahora observamos el capitulo 7 el cual es un interludio, una pausa, como sucede en algunos recitales o incluso películas, que tiene como propósito contestar la gran pregunta final del capítulo 6 ¿Quién podrá mantenerse en pie? No perdamos de vista este concepto, la cual es una de las ideas centrales del capítulo 7. Aquí en este capítulo tenemos un interludio, una pausa, antes de abrir el sétimo sello, interludio que también observamos en el capítulo 10:1 y 11:14, en donde siempre son ángeles los que aparecen. Este capítulo es totalmente opuesto al anterior, en donde vimos destrucción para los pecadores sin arrepentimiento, aquí observamos lo contrario, nos revela que sucede con el pueblo de Dios, los enemigos de Dios son castigados, los Santos cantan alabanzas de acción de gracias y liberación.
Entonces, recordemos la pregunta final del capítulo 6 ¿Quién podrá mantenerse en pie? Alude a otra pregunta ¿Quién podrá Salvarnos? Es decir, nuevamente apuntamos a Apocalipsis 5:5, No llores el León de la tribu de Judá ha vencido. Es una especie de flashback recordándonos lo que aprendimos en el capitulo 4 y 5, que no pretendamos caer en la desesperación por el castigo que viene, por la ira que viene en contra de la humanidad no redimida. Éstos últimos pedían que las montañas se les viniera encima, preferirían eso antes que la ira de Dios, aquí en cambio podemos ver como el pueblo de Dios esta seguro bajo el sello que Dios les ha dado, son los que pueden mantenerse en pie, porque el Cordero que ha vencido los ha redimido. Recordemos lo que nos enuncia el Salmo 1:5
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Hay dos formas de poder interpretar este capítulo: De forma literal o simbólica.
Literal: Aquí la fiel representante es la escuela dispensacionalista, la cual estipula que cuando ocurra el rapto secreto sobre la Iglesia, Dios preparará a 144.000 hombres de la raza judía para evangelizar el mundo y prepararla para el milenio, un gran avivamiento vendrá sobre esa nación y serán luz en medio de la oscuridad. Otra escuela podría ser la de los Testigos de Jehová quienes enuncian que habrán 144.000 hombres y mujeres que reinarán con Dios y el resto vivirá aquí en la tierra con paz.
La otra interpretación es simbólica y desea representar a todo el pueblo de Dios a los largo de los siglos, las ovejas de Cristo, las lumbreras en medio de la oscuridad, el sacerdocio de Jesús, la Iglesia, el Israel, los judíos no por sangre, sino por Fe.
William Milligan observa; “La costumbre del vidente es destacar y espiritualizar todos los nombres judíos. El templo, el tabernáculo y el altar, el monte Sión y Jerusalén son para él encarnaciones e ideas más profundas que las que transmiten de manera literal”
Otra evidencia que estos 1440.000 deben interpretarse de forma espiritual o simbólica es que se menciona a Judá como primero de la lista y no a Rubén, el primogénito de Jacob. Judá es primero porque Jesucristo descendió de él; también la mezcla de los nombres de los patriarcas tiene como fin mostrar que han concluido los privilegios físicos y las posiciones, no hay un orden por jerarquía, ya que Cristo es la única cabeza, se acabaron los privilegios por haber nacido primero, o el desprecio por ser el menor, no habrá diferencias, todos hijos del mismo Padre. ¿Cuántas diferencias podemos observar en la Biblia de malos Padres que hacían diferencias con sus Hijos?
Abraham amaba más a José porque era el hijo de su vejez, Isaac amaba más a e Esaú porque este comía de lo que cazaba y rebeca amaba a Jacob, todos motivos equivocados, todos motivos estúpidos, lo hermoso de esta lista es que el León de la Tribu de Judá ha vencido, incluyendo nuestras diferencias.
- Después de esto vi a cuatro ángeles de pie en las cuatro esquinas de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, de manera que ningún viento pudiera soplar sobre la tierra, el mar o ningún árbol.
Observamos 4 ángeles, en las cuatro esquinas de la tierra, deteniendo los 4 vientos, es decir, a pesar de la Ira desplegada, podemos observar que Dios tiene control de ésta y la refrena para mostrarnos esta hermosa imagen del cuidado que tiene sobre su pueblo. Los números 4 apuntan a la creación, una creación demacrada por la labor del pecado impuesta por el hombre, la creación desea redención, gime por la manifestación de los hijos de Dios para que la tierra sea renovada, Dios ama a su creación porque todo era bueno, y podemos observar como los elementos de destrucción son detenidos.
La expresión las cuatro esquinas de la tierra se en algunos pasajes de las Escrituras:
Zacarías 6:5 Y el ángel contestó, y me dijo: Estos son los cuatro vientos del cielo que salen después de presentarse ante el Señor de toda la tierra.
Ezequiel 7:2 “Y tú, hijo de hombre, di: ‘Así dice el Señor Dios a la tierra de Israel: “¡El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de esta tierra!
Isaías 11:12 Alzará un estandarte ante las naciones, reunirá a los desterrados de Israel, y juntará a los dispersos de Judá de los cuatro confines de la tierra.
Estos vientos son los agentes de Dios para ejecutar el juicio, muchos teólogos coinciden en que podrían los mismos 4 jinetes del capitulo anterior, sea como sea, los ángeles detienen el poder de estos cuatro vientos de forma que no destruyan la gran creación de Dios con huracanes, tornados y tempestades (compárese con Jer. 49:36).
- Y vi a otro ángel que salía del este con el sello del Dios vivo, y clamaba con clamor fuerte a los cuatro ángeles a quienes les fue dado poder para hacer daño a la tierra y al mar, 3. diciendo, «No hagáis daño a la tierra, ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos sellado en la frente a los siervos de nuestro Dios.
La palabra otro significa un ángel de la misma clase que los cuatro anteriores que mantienen controlados a los vientos. No podemos decir mucho acerca de este ángel excepto de dónde procede y la señal que lo identifica. Viene del este, lo cual significa que se acerca a Juan desde donde sale el sol, la fuente de luz. Para ilustrarlo, el templo de Jerusalén miraba hacia el este para centrar la atención en la salida del sol y la presencia de Dios (Ezequiel 43:2).
La señal de identidad del ángel es “el sello del Dios vivo”. Esta señal parece comunicar el cuidado protector de Dios que nadie puede subvertir ni deshacer, tanto esta señal como de donde viene el ángel, concluyen en un gran mensaje de parte de Dios ante el desmoronamiento del mundo, un mensaje de Paz, un mensaje de cuidado sobre los suyos: recordemos que nos dice el Señor en el evangelio de Mateo:
Jesús dijo: ¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza Mateo10:29–30
Ahora ¿Qué es un sello? William Hendriksen comenta primero que “es lo más precioso bajo el Cielo” y luego presenta tres funciones del sello. Primero, impide alterar; luego, garantiza la propiedad; y por último, aplicado a un documento, certifica que es auténtico.
¿Cómo se marca a los siervos de Dios con un sello? Como en todas las secciones de Apocalipsis, Juan se apoya en las Escrituras del Antiguo Testamento. El pueblo de Judá había vuelto la espalda a Dios y a su templo y en su lugar adoraba a la naturaleza. En una visión, el profeta Ezequiel vio a un hombre vestido de lino con un estuche de escriba en la mano, a quien se le instruyó para que fuera por toda Jerusalén y pusiera una marca en la frente de todos los que vivían apesadumbrados por la idolatría que había en el lugar:
Ezequiel 9:4 y el SEÑOR le dijo: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una señal (tav) en la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella.
El símbolo del pueblo de Dios es la señal invisible del Padre y del Cordero (Apocalipsis 14:1) para significar que los santos son miembros de la familia de Dios, comprados por el Hijo y llenos del Espíritu. Por el contrario, los incrédulos tienen la marca de la bestia en la diestra y en la frente (Apocalipsis 13:16)
La palabra siervo en el contexto de Apocalipsis siempre indica a creyentes, a Santos de Dios.
¿Cómo se relaciona un sello con los santos? Primero, están seguros, y nadie, ni siquiera Satanás, puede arrebatarlos de la mano de Dios (Juan. 10:28). Luego, pertenecen a Jesús y son su posesión. Y tercero, la palabra dicha a ellos es verídica e inmutable, y sus promesas son genuinas.
El cristiano es sellado en este triple sentido. El Padre lo ha sellado, porque el creyente disfruta de la protección del Padre por toda la vida. El Hijo lo ha sellado, porque lo ha comprado y redimido con su propia sangre preciosa. El Espíritu lo ha sellado (Efesios 1:13), las arras de nuestra herencia en Cristo, porque da testimonio de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16).
El que los creyentes estén sellados no significa que no tendrán problemas, todo lo contrario, es probable que tengamos más problemas, lo observamos constantemente en el aprendizaje de las 7 Iglesias, eran perseguidos, maltratados y aniquilados debido a su testimonio de Cristo.
¿Qué significa, pues, ser sellado?
La respuesta se encuentra en la palabra hasta, “hasta que hayamos sellado en la frente a los siervos de nuestro Dios”. Dios difiere el juicio, descrito aquí como el poder destructor
de los vientos, hasta que el último de los santos se haya unido a los demás y haya sido sellado.
Los ángeles que marcan a los creyentes con un sello los protegen frente al juicio venidero:
Apocalipsis 9:4 Se les dijo que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino sólo a los hombres que no tienen el sello de Dios en la frente.
Así, ser marcado con el sello del Dios vivo quiere decir que él protege a su pueblo frente al juicio, Cristo se pone en pie ante nuestra desnudez y desazón por nuestros pecados.
También ser sellado responde a la pregunta planteada en 6:17: «Porque el gran día de su ira ha llegado, y ¿quién puede mantenerse en pie? No los incrédulos que buscan protección en montañas y rocas, sino los creyentes que están protegidos con el sello de Dios. Pueden mantenerse en pie delante de él y del Cordero, porque no temen el juicio venidero.
- Y oí que el número de los que habían sido sellados era ciento cuarenta y cuatro mil sellados de cada tribu de Israel.
El número doce en Apocalipsis siempre se refiere a lo que es perfecto:
- los santos (7:5–8),
- la mujer con doce estrellas en la cabeza (12:1),
- las doce tribus de Israel (21:12),
- los diversos aspectos de la nueva Jerusalén (21:12, 14, 16),
- y los doce árboles que dan fruto (22:2).
Y el número mil es diez multiplicado por diez multiplicado por diez, lo cual equivale a una multitud. Diez es el número de abundancia en el sistema decimal. De ahí que 144,000 (12x12x103) es un número simbólico que expresa una multitud marcada por una perfección absoluta. Las doce tribus de Israel multiplicado por los doce apóstoles (21:12, 14) multiplicado por mil equivale a perfección multiplicado por perfección multiplicado por una multitud. He aquí el cuadro del ideal, que va seguido de un cuadro de lo actual en el versículo 9.
«De toda tribu de Israel». Una multitud incalculable transmite el concepto de armonía, unidad y excelencia. Aunque es real la tentación de tomar en forma literal el término “toda tribu de Israel”, el Nuevo Testamento enseña que las barreras de distinciones raciales han sido derribadas. Todos los creyentes son uno en Jesucristo:
Romanos 10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan
Romanos 2:28-29 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
1 Corintios 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Efesios 2:14-16 Porque Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba, pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz, para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la cruz, por la que dio muerte a la enemistad.
Colosenses 3:11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
La armonía en Jesucristo trasciende todas las divisiones étnicas, sociales y sexuales. En resumen, el término Israel en este versículo representa al pueblo de Dios.
EL IDEAL DEL PUEBLO DE DIOS
- De la tribu de Judá 12,000 fueron sellados, de la tribu de Rubén 12,000, de la tribu de Gad 12,000, 6. de la tribu de Aser 12,000 de la tribu de Neftalí 12,000 de la tribu de Manasés 12,000
- de la tribu de Simeón 12,000 de la tribu de Leví 12,000 de la tribu de Isacar 12,000
- de la tribu de Zebulón 12,000 de la tribu de José 12,000 de la tribu de Benjamín 12,000 fueron sellados.
El primer problema que enfrentamos es la redacción del versículo 4 «de cada tribu de Israel», que se explica con una lista de doce tribus. Sin embargo, en otras partes del Nuevo Testamento, la expresión doce tribus se refiere a Israel como nación y no a doce tribus individuales (Hechos 26:7; Santiago 1:1). Las doce tribus constituyen la base sobre la que se edifica y completa la estructura de la casa de Dios, y todos los habitantes de la casa de Dios constituyen una familia, sin ninguna subdivisión.
Los creyentes de pueblos que no son Israel se injertan al olivo, para utilizar la expresión de Pablo, y crecen junto con las ramas naturales (Romanos 11:17). Dijo Jesús: «Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor» Juan 10:16
La secuencia de las doce tribus mencionadas aquí difiere bastante de las utilizadas en otras partes del Antiguo Testamento.
Por ejemplo: «Los hijos de Israel fueron Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser» (1 Crónicas 2:1–2; Génesis 35:23–26).
Pero Judá antecede a Rubén, que es el primogénito, Dan no aparece en la lista, y en su lugar, para completar el número doce, aparece el nombre de Manasés como nieto de Israel. La razón de eliminar el nombre de Dan de la lista se remonta al relato en el que los descendientes de Dan cayeron en idolatría (Jueces 18:30–31). También fueron los primeros en cometer el pecado de apostasía, porque aceptaron un becerro de oro que Jeroboam colocó en la parte septentrional de Israel como centro de culto. Escogió ese lugar para que el pueblo de Israel pudiera rendir culto ahí y no tuviera que desplazarse hasta Jerusalén (1 Reyes 12:29–30). Debido a su grave pecado, la tribu de Dan fue entre las primeras que tuvo que exiliarse.
Después de que llegó a su fin el período de exilio, las Escrituras no vuelven a mencionar a Dan. Juan también excluye a Efraín de su lista. Esta tribu estuvo de igual modo de acuerdo con Jeroboam en colocar otro becerro de oro en Betel como sustituto del verdadero culto a Dios en Jerusalén (1 Reyes 12:29). Efraín, por tanto, no debería incluirse bajo el nombre de José, porque éste ha tomado el lugar de Efraín.
La secuencia de estos nombres como tal no es importante. Baste decir que en términos en todo el mundo ha llegado a la fe en Cristo y, con los santos del Antiguo Testamento, conforman el número total de los siervos de Dios, el ideal de Dios, un Israel Santo y Puro, una novia perfecta, sin mancha y arruga, una esposa vestida de lino fino, comprada por la sangre del cordero que venció.
Nuestro Señor vino a salvar lo que se había perdido y entrego el evangelio a judíos y gentiles, como la mujer samaritana, la mujer sirofenicia, el mismo Pablo discutió con Pedro sobre el asunto de predicar a gentiles y judíos, recordemos hermanos que las 7 Iglesias de Apocalipsis se constituían por judíos y gentiles, un solo pueblo, un solo Cristo un solo Dios. Es Cristo quien derriba esta barrera, es Cristo quien satisface la sed inagotable de estas personas, la tuya y la mía, al igual que la samaritana, esperabamos redención pero la buscabamos en otras cosas, reemplazamos al Hijo de Dios por nuestros propios deleites y deseos, es Cristo el agua de Vida, es Cristo la fuente de Gracia, él es el verdadero Israel de Dios.