Sirviendo con el servicio de Cristo (Rom.16:5b -16)

Continuamos con la serie el “Sublime llamado del Servicio”. En el último sermón de esta serie estudiamos las serviciales vidas del matrimonio de Aquila y Priscila. Hoy, completaremos esta sección de las Escrituras, la cual nos muestra un listado que conforma una mina de oro sobre la composición de la Iglesia Primitiva y las características de aquellos servidores de Cristo que nos antecedieron en la Fe.

  1. Un servicio necesario para el pueblo de Cristo

Si usted va al cine a ver una película, una vez finalizada, por lo general, nos retiramos de la sala, mientras se muestra una sección llamada “créditos”, que consiste en un listado de nombres junto a sus respectivas funciones en donde se reconoce el trabajo y la colaboración de cada persona o institución que contribuyo  al film, de la misma manera, el Apóstol Pablo, antes de finalizar esta epístola, quiere dar a conocer la identidad de aquellos servidores anónimos que sirven detrás de escena, con este listado de nombres y saludos Pablo está realizando un SERVICIO NECESARIO: reconocer y agradecer el trabajo de los servidores de la Iglesia Local. Si al finalizar el culto usted estuviera a cargo de hacer un listado de créditos ¿Qué nombres pondrías? ¿A quienes agradecerías? ¿Conoces los nombres de aquellos santos que sirven a esta Iglesia local, y lo hacen de tal modo que tú puedes hoy estar sentado cómodamente y disfrutar de cada himno, oración, cantico, el sermón y la santa cena? Para realizar este servicio es obligatorio estar vinculado íntimamente con la Iglesia Local, cuando Pablo escribe esta carta él se encuentra en Corinto, a más de 1000 kilómetros de distancia, nunca había visitado Roma, o más bien no había podido por impedimentos providenciales del Señor, prácticamente un cuarto de siglo pasó desde su conversión antes de visitar esta ciudad, haciéndolo en calidad de “preso de Jesucristo”, pero hasta este momento no había visitado este lugar.

El Apóstol pudo haber generalizado un saludo para todos los Romanos, pero desea llamar a cada uno de estos 26 servidores por su nombre, como Jesús lo hace “Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre” (Juan 10:3); Pablo siendo un imitador de Cristo (1 Co. 11:1); nos muestra un ejemplo de cordialidad, servicio, profundo y entrañable amor hacia los suyos, hacia la grey de Cristo, él sirve a través de estos reconocimientos con el servicio de Cristo, quien siendo perfecto y autosuficiente en sí mismo reconoce el trabajo y servicio de su cuerpo, en Apocalipsis por ejemplo, elogia la labor de las Iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira y Filadelfia, el Apóstol Pedro en 1 Pe. 2:17 nos dice: “Honrad a todos. Amad a los hermanos”; por lo tanto, reconocer el servicio de los siervos de Cristo es un servicio justo, sensato y necesario, ya que si el Rey Siervo lo hace ¿Cuánto más nosotros sus siervos?

El motor para realizar este servicio es un corazón agradecido, es el corazón de Cristo. Constantemente en los Evangelios podemos ver a Jesús dar gracias al Padre:

  • Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias (Mat.15:36)
  • Gracias te doy, Padre… porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños. (Mat. 11:25)
  • Padre, gracias te doy por haberme oído. (Juan 11:41)

El lenguaje de gratitud de Cristo hacia su Padre reflejaba lo que había en su corazón y nos muestra su carácter de siervo. Los Apóstoles, en sus epístolas, continúan con el ejemplo de Cristo dando acción de gracias para la sobreabundancia de la Gloria de Dios, es tan fundamental la gratitud en el cristianismo que ocupa aún un lugar en el cielo: “los ángeles, los 24 ancianos, los seres vivientes dan acción de gracias” (Ap. 7:12); allá sólo hay corazones agradecidos, la virtud del agradecimiento circunda el trono de Dios.

Debemos entender que la gratitud no es simplemente una cualidad secundaria en la vida del creyente, es vital y transformacional, porque a través del prisma de la gratitud podemos observar que todo beneficio de lo alto proviene de la bondad y la gracia de Dios. William Hendriksen define la gratitud de la siguiente manera: “es lo que completa el ciclo por medio del cual las bendiciones derramadas en los corazones y vidas de los creyentes vuelven al Dador en forma de adoración continua, amorosa y espontánea”, recordemos que para ser un servidor necesitamos primeramente ser adoradores, y nuestra adoración debe brotar de un reconocimiento genuino de las misericordias que hemos adquirido en Cristo.

Ser agradecidos tiene múltiples beneficios, nos aleja del orgullo, pecado que siempre se levanta como el asesino del agradecimiento, el orgulloso rara vez agradece, su corazón ingrato está centrado en sí mismo y lleno de sí mismo, se enfoca en sus propias necesidades, deseos, dolencias, derechos, siempre mira como le han tratado, como le han desatendido, cuanto le han fallado, y lastimado, nunca es capaz de contemplar las misericordias de Dios, porque su corazón es un coladero vacío incapaz de retener las bendiciones de Dios ni observarlas en su verdadera magnitud, mientras que el corazón agradecido está centrado en Dios y lleno de Dios, al contrario del orgulloso, el corazón del creyente es humilde, reconoce que toda dádiva y don descienden de lo alto, y esa humildad creada por Cristo es el terreno fértil donde florece naturalmente la gratitud, quien vive agradecido puede disfrutar ilimitadamente de las bendiciones del Señor, miremos la actitud de Pablo:

Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno (Fil.4:18)

Pablo estando en la cárcel, está profundamente agradecido de los Filipenses, está plenamente satisfecho porque tiene a Cristo, y quien tiene a Cristo lo tiene todo. ¿Cómo no hemos de vivir agradecidos si Cristo es nuestro tesoro? ¿Existe una gracia mayor que saber que nuestros pecados han sido perdonados? Podremos perder todo, pero la gratitud hacia nuestro Señor nunca acabará, en el futuro nos uniremos al coro celestial en acción de gracias.

Colosenses 3:15 nos dice: “Sean agradecidos”, 1 Tesalonicenses 5:18 dice: “Dad gracias en todo, porque es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús, entonces ser agradecidos, no es una opción en la vida cristiana, es una instrucción y una expectativa clara de parte del Señor que debemos obedecer, es una respuesta coherente al sacrificio de Cristo, ofrecer corazones agradecidos y palabras de agradecimiento a Cristo y al pueblo de Cristo es impostergable para el nacido de nuevo.

Con lo hasta aquí hemos expuesto nos podríamos preguntar con toda lógica ¿Por qué hemos de agradecer a los hermanos si toda la Gloria es de Dios? Nuestro mandato es servir a Dios a través de su pueblo, cuando demostramos gratitud y reconocimiento a los servidores de Cristo como Pablo lo está haciendo, estamos obedeciendo el mandato de servirnos (Gál. 5:13); alentarnos (1 Tes. 4:18); animarnos y edificarnos (1 Tes.5:11) los unos a los otros; recordemos lo que dice Hebreos 6:10:

Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre

Uno de los medios en que el Señor ejecuta esta promesa es a través de su propio pueblo, cuando reconocemos el trabajo y amor de sus siervos irradiamos la justicia de Dios, nosotros creemos que él no se olvida de castigar lo que es malo, de la misma manera, no se olvida de bendecir y reconocer lo que es bueno, él derrama bendiciones y honores sobre aquellos que reflejan sus virtudes, y somos nosotros los encargados de identificar y agradecer estos dones en medio del pueblo de Dios. Nos unimos más a Cristo cuando amamos lo que él ama, y reconocemos lo que él reconoce:

Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan (a los que sirven) entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra (1 Tes. 5:12-13)

 

Si bien este pasaje se utiliza prioritariamente para reconocer el trabajo de los ancianos, es aplicable para cualquier servidor del cuerpo de Cristo. Cuando reconocemos el trabajo de nuestros hermanos simplemente estamos identificando el trabajo de Cristo y la imagen de Cristo en medio de su pueblo.

Quizás nos podríamos negar a realizar este servicio pensando que llenaremos de altivez, orgullo y vanagloria a quienes reciban el reconocimiento, pero el verdadero siervo de Cristo sabe cerrar el ciclo de adoración explotando en última instancia, en acción de gracias y Gloria al Señor por los dones derramados en su vida, el verdadero servidor de Cristo sabe que todo elogio, ovación o reconocimiento no le pertenece, sino que pondrá toda la honra donde debe estar: a los pies de la Cruz. “Porque ni el que planta ni el que riega son algo, sino sólo Dios quien da el crecimiento” (1 Cor.3:7). Quien reciba reconocimiento en medio de la grey de Dios y no hace esto, carece del verdadero carácter de un siervo de Cristo.

En nuestros corazones existe una tendencia innata a ser reconocidos, lo observamos claramente en las vidas de Caín y Saúl, quienes vivieron consecuencias desastrosas al pensar que merecían honra por su propio desempeño sucumbiendo a la amargura, y la amargura nunca está sola, trae consigo otros pecados, según Efesios 4:31 trae consigo enojo, ira, gritería, maledicencia, y toda malicia;  tanto en Caín como en Saúl observamos claramente estas obras de la carne, ellos creían que sus ministerios eran un trampolín para su propia grandeza personal, ellos desconocían que servían al Rey Siervo, recordemos  siempre esto: “A Cristo el Señor servís” (Col.3:24); esta tremenda verdad nos libra de decepciones y amargura, porque si nadie te sirve reconociendo tu trabajo, tendrás la profunda convicción de que de sus manos recibirás la recompensa de su herencia (Col.3:24), si nadie reconoce tu trabajo Cristo lo hará diciendo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mat 25:21)

 

No busques grandezas (Jer.45:5); busca servir al Cordero de Dios, por lo tanto, sé intencional en tu servicio de gratitud y reconocimiento hacia tus hermanos como lo fue Pablo, él conocía los nombres de los servidores en Roma, pero también sus funciones, esfuérzate en conocer a los servidores de IBGS, conoce sus ministerios, sus luchas, sus esfuerzos, su dedicación, el tiempo que invierten para el Señor, edifica una estrecha relación con ellos como Pablo lo esta haciendo con la Iglesia de Roma, sirve a los servidores de Cristo porque esto es justo.

  1. La diversidad del servicio del pueblo Cristo

Para que exista diversidad del servicio ésta debe nutrirse de una diversidad de servidores. La Biblia no nos enseña que la comunidad cristiana deba ser uniforme, más bien, nos muestra todo lo contrario, el pueblo de Dios es el conglomerado más diverso que pueda existir en la faz de la tierra, a diferencia de los incrédulos, no encontramos nuestra unidad por las “cosas” que tenemos en común, sino porque tenemos “a la persona” más importante en común: Cristo. Nuestro Salvador no nos convierte en personas superficialmente uniformes, sino que siendo personas diferentes nos transforma uniéndonos a él, y sólo unidos a él, estaremos verdaderamente unidos a otros pámpanos, porque estamos arraigados en la vid verdadera, la pared intermedia que nos separaba ha sido derribada por el poder Redentor de Cristo (Ef.2:14)

En un sentido los cristianos somos muy diferentes, en muchos aspectos (personalidad, características físicas, profesiones, etc.) pero todos buscamos ser semejantes a Jesús. Así que, a él no le interesa nuestra etnia, posición económica o color de piel, a él le importa en demasía que nosotros seamos transformados a su imagen, donde todas nuestras diferencias pecaminosas son podadas por la obra del E.S, y todas nuestras diferencias virtuosas convergen en la persona de Jesús. Esta realidad era palpable en la Iglesia Romana, notemos los orígenes étnicos y sociales de los nombres de nuestro listado:

  • Andrónico, Rufo, Junias y María eran creyentes judíos
  • Aristóbulo y Herodión también eran judíos, pero de una clase social y economica mayor (nobles).
  • Amplias, Apeles, Narciso, Julia y Filólogo eran nombres de la familia noble romana.
  • El mismo Amplias, Hermes, Urbano, Epeneto, Trifosa, Trifena y Pérsida eran esclavos o libertos

Esta diversidad de nombres fortalece el mensaje del Evangelio, porque enfatiza que el poder de la buena noticia es capaz de reconciliar a cualquier persona con su Creador, sin importar su etnia, clase social, edad o sexo, así los ancianos están unidos a los jóvenes, los ricos con los de escasos recursos, los extrovertidos con los introvertidos, y esto fortalece los ministerios de servicio al Señor, porque nos permite ver que todos podemos y debemos participar de la obra de Cristo a partir de los diversos dones y la multiforme Gracia que él ha dado.

Pablo destaca varios servicios en medio de la Iglesia de Roma. De las 9 mujeres que se nombran en esta sección 5 de ellas son elogiadas por su trabajo: Priscila (de la cual ya hablamos en el sermón anterior); y en los versos 6 y 12 se menciona a María, Trifena, Trifosa (que eran hermanas) y Pérsida, y es más, en el caso de María y Pérsida, Pablo dice que ellas han trabajado “mucho”, es decir, se han preocupado positivamente por la Iglesia Local. Notemos que Pablo caracteriza el servicio de estas mujeres como un trabajo, de ellas aprendemos que el servicio no es un voluntariado, sino que es una vocación, es un llamamiento por la voluntad de Dios, es decir, el mismo Señor que llamó al universo a existir con el poder de su Palabra y dio identidad a las cosas creadas llamándolas por su nombre llamo a la existencia a estas mujeres, les dio un nombre y un llamado particular en medio de la Iglesia de Cristo, uniéndose a una gran nube de testigos (Hebreos 11), ellas entendían que su servicio, que su trabajo de amor, era parte de la agenda de Dios. El Señor está actuando a través de estas servidoras para extender su Reino y reconciliar todas las cosas consigo mismo.

Trabajar en el Señor es una de las manifestaciones de la nueva creación y redención que tenemos en Cristo, nuestro trabajo tiene por objetivo reflejar la imagen por quien fuimos creados, la novia refleja el trabajo del novio, así como la luna refleja la luz del Sol, los miembros del cuerpo de Cristo, siendo diferentes, reflejan la vocación de su Señor:

Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17).

Con esto bien podríamos decir: “El Padre y el Hijo hasta ahora trabajan, y el Espíritu y la novia también.”

En el verso 9 Pablo nos habla ahora de Urbano “nuestro colaborador en Cristo”, el Apóstol quiere mostrarnos que nunca fue un siervo viviendo en el ostracismo o en la soledad, él dependió de una diversidad de servidores para trabajar en el ministerio, él encuentra colaboradores en Timoteo, Tito, Epafrodito, Filemón y en esta carta menciona al anónimo Urbano.

En el cristianismo no existe un llamado a ser llaneros solitarios del servicio y en el ministerio, si Pablo con todos sus dones y conocimiento necesitaba ayuda, también nosotros precisamos de este tipo de colaboradores. El comentarista Dunn observa algo muy interesante en el servicio de estos hombres y mujeres: las funciones que cada uno de ellos realizaba no habían sido dadas de forma específica o por asignación, sino que sus labores las habían asumido voluntariamente por iniciativa propia, ellos no buscaban lo suyo propio, sino lo que era de Cristo, servir en vez de ser servidos. Estos hermanos y hermanas de Roma observaban una necesidad y contemplaban una oportunidad de servicio, colaboración y amor hacia el pueblo de Cristo, sin embargo, hoy muchas veces es a la inversa, cuando observamos una necesidad en la Iglesia apresuradamente la calificamos como una falla, sin entender que Dios está poniendo delante de nuestros ojos la gran oportunidad de servir a Dios a través de su pueblo, conservando una función de espectador y no de colaborador como lo era nuestro hermano Urbano, son como aquellas personas que se quedan mirando en la carretera un accidente, no colaboran en la necesidad y al mismo tiempo entorpecen a aquellos que van en ayuda.

En la mercadotecnia se hacen estudios acuciosos sobre las necesidades de la gente con el fin de generar un producto de buena calidad que ayude a las personas a cubrir sus requerimientos, en ese contexto una necesidad se transforma en una oportunidad de hacer un negocio, con el fin de obtener algún rédito económico, para esto, quienes desean aprovechar esa oportunidad, planean, calculan, equipan, se preparan, se postergan a sí mismos, buscan impecabilidad y excelencia, pero su finalidad es perecedera, pero en el contexto de la Iglesia local una necesidad es una oportunidad para servir y amar al Señor a través de los redimidos, y tiene mejores réditos que los económicos, aspiramos a la herencia eterna en Cristo Jesús.

Urbano es de carne y hueso, su nombre alude a que vivía en la urbe, en la ciudad, con el ajetreo, estrés y los problemas de la Roma de la época, no es un creyente imaginario, con un nombre imaginario, con una labor imaginaria, en una ciudad imaginaria, es un colaborador real, en una Iglesia local real, sirviendo sin necesidad de un título, invitaciones ni súplicas, porque comprendía que no hay llamamiento más alto que la ocupación presente, no hay motivo para pensar que llevando un manto de pastor, misionero u otro, alguien deba transformarse en un colaborador dedicado, Urbano al igual que Pablo, Timoteo o Epafrodito no trabajaban para sí mismos, sino para Dios, los colaboradores no son colegas de Dios, sino obreros pagados por él.

Pablo también nombra el servicio de sus parientes, Andrónico y Junias, que probablemente eran un matrimonio, compartieron prisiones por proclamar el Evangelio junto al Apóstol y fueron llamados por Cristo antes que él. Pensemos en esto por un momento, quien era Pablo antes de ser Apóstol: el sanguinario y celoso perseguidor Saulo de Tarso. Andrónico y Junias realizaron un servicio anónimo por la Iglesia de Cristo de la época, oraron, como todo creyente ora por aquel pariente inconverso, y más si es un perseguidor, sus rogativas estaban en el decreto de Dios, llegando al trono de la Gracia como perfume agradable, y Cristo compadeciéndose de su pueblo se le aparece en persona a Saulo convirtiéndolo en el Apóstol Pablo, ¿Cómo habrá sido el encuentro entre Pablo y sus parientes al saber que ahora era un Cristiano? Debió ser una escena conmovedora, como aquella que nosotros hemos experimentado al saber de la salvación de un familiar.

Las oraciones por nuestros parientes son un servicio fundamental para el avance del Reino de Dios ¿Cuántos de ustedes están aquí por el clamor de un padre, una madre, un hijo, un tío o una abuela? Si hacemos un pequeño estudio de nuestras conversiones, llegaremos a la conclusión de que un gran porcentaje de nosotros ha llegado a la Fe por la intercesión de parientes que se convirtieron a Cristo antes que nosotros. Andrónico y Junias, eran estimados entre los apóstoles, así, todo intercesor en las Iglesias de Cristo debe ser reconocido y honrado. Pero este es no el único servicio horizontal que podemos ofrecer a nuestros hermanos, miremos el verso 13: Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía. La madre del hermano Rufo, sirvió a Pablo como una madre. Con ella no tenía un vinculo sanguíneo en lo terrenal, pero si en lo espiritual, ambos habían sido limpiados por la sangre del Cordero, pertenecían a la familia de la Fe, la cual es más importante, Pablo en Gálatas 6:10 nos dice:

Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe

 

La madre de Rufo probablemente no tendría un servicio muy visible dentro de la congregación, pero dispuso a los pies de Cristo su maternidad, no sólo sus dones, sino que sus relaciones estaban dispuestas a servir al pueblo del Señor, en esta mujer Pablo encontró respuesta a la promesa hecha por Jesús:

“…no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna (Mar. 10:29-30).

En esta hermosa servidora, el Señor mostro su servicio a Pablo, realizando activamente lo que dice Isaías 66:13 Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros”. Pablo hallo alivio, cuidados y servicios en los brazos de la madre de Rufo. Ofrezcamos nuestras relaciones al servicio del pueblo de Cristo, tu maternidad, paternidad o hermandad pueden ser usadas para la Gloria de su nombre. Analiza ¿cuántos hermanos alrededor tuyo necesitan este servicio? ¿Cuántos extranjeros han llegado a nuestra congregación y necesitan de la familia de la Fe? ¿Cuántos hermanos que sirven solos en sus familias necesitan de tu asistencia? Recordemos que según Mateo 25 cada servicio que hacemos a uno de los pequeños del Reino la hacemos directamente a nuestro Señor, Cristo esta tan unido a su pueblo, que declara que cada cosa buena que hacen en favor de ellos se la hacen a él y  promete recordar ese servicio a través de todas las edades, reconociendo y honrando a sus siervos en el día final.

Amados, ¿Cuántas facetas de servicios podemos ver en el pueblo de Dios? Infinitas ¿Saben por qué? Porque la novia refleja las infinitas facetas de servicio del Señor Jesucristo, pero cada creyente solo refleja una pequeña parte del todo, pero, aunque sea pequeña siempre es bella. Francis Schaeffer dijo:

“A los ojos de Dios no existe gente pequeña ni lugares insignificantes.”

  1. El carácter servicial del pueblo de Cristo

En los saludos que Pablo realiza en este pasaje no se nos da a conocer la personalidad de cada una de las personas nombradas, y en general en el N.T es muy difícil encontrar alguna descripción explícita de la personalidad de algún cristiano.

No sabemos si Amplias era áspero, o si Estasquis era gracioso o si Trifena era tímida, pero si sabemos que todos eran santos, perseverantes, serviciales y arriesgados por la causa de Cristo. Hay algo común en el listado que Pablo nos expone, a muchas de las características o servicios de estos hermanos añadió su típica formula “en Cristo”:

  • Verso 7: “fueron antes de mí en Cristo”.
  • Verso 8: “amado mío en el Señor
  • Verso 9: “colaborador en Cristo Jesús”
  • Verso 10: “aprobado en Cristo”.
  • Verso 11: “Saludad a los […que] están en el Señor”.
  • Verso 12: “Saludad a […] las cuales trabajan en el Señor”.
  • Verso 13: “Saludad a Rufo, escogido en el Señor”.

Estos siervos tenían un carácter servicial de acuerdo al de Cristo porque “estaban en él”, y el que está en Cristo nueva Criatura es (2 Cor.5:18); trabajaban para Cristo, bajo Cristo, con Cristo y por ser de Cristo. El carácter de estos hombres era nuevo, modelaban en sus vidas el mismo carácter de su Salvador, ya que de eso se trata el carácter en la vida cristiana: dejar que la vida de Cristo fluya en y a través de nosotros. Es hacer notorio al mundo el fruto del espíritu engendrado por Cristo en cada instante de nuestras vidas (Gál.3:22-23).

Poseer el carácter de nuestro Señor es mucho más que ser amable o empático, pensemos en esto, el fue manso y humilde al ir a la Cruz, fue determinado y valiente al esperar a los soldados Romanos en el huerto de Getsemaní, fue disciplinador con los cambistas del Templo y no tuvo tapujos en llamar a los fariseos víboras o tumbas blanqueadas. Tener el carácter de Cristo es actuar en función de un solo objetivo: la gloria de Dios. Jesús vivió desplegando el carácter del Padre y buscando la Gloria del Padre, amaba lo que su Padre amaba y aborrecía lo que su Padre aborrecía, así que su carácter es inalcanzable para nosotros sin la asistencia del Espíritu Santo y la búsqueda de su llenura en nuestras vidas.

Los hombres y mujeres de Romanos 16 nos enseñan sobre el carácter del cristiano, pero quisiera que colocáramos la lupa en el verso 10: Saludad a Apeles, aprobado en Cristo”. La palabra aprobado hace referencia a que este hermano anónimo era capaz de rendir una prueba final, esta metáfora era prestada del acto de ensayar los metales, en donde éstos eran sometidos a una prueba de fuego, y aquellos metales que quedaban sin escoria, en los cuales el herrero podía ver su propia imagen, eran calificados como metales aprobados, de la misma manera por la obra del Espíritu Santo el viejo hombre es arrancado de nuestra vida y el carácter de Cristo florece en sus servidores, siendo calificados en Cristo Jesús. Cuando decimos que Dios ama al mundo, significa que él sale en busca de sí mismo, pero contenido en vasos de barros, nosotros su pueblo, pero el trabajo del alfarero implica sufrimientos:

nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado (Rom. 5:3-5)

Mientras más intenso sea el fuego, más puro es el oro y la plata, cada momento de crisis, tribulación y sufrimiento, es una estación en donde el Señor está forjando su carácter en nuestras vidas y transformándonos en verdaderos servidores suyos, él está desarraigando en nosotros todas aquellas cosas en las cuales aún confiamos, lo podemos ver claramente en la vida de Pablo y Demás, ambos pasaron por el fuego de la prueba, pero sólo Pablo salió aprobado, Demás escogió amar y servir al mundo.

En definitiva, ser aprobados por Dios significa que como hijos suyos podemos descansar en la perfecta obra de Cristo en nuestro favor, nos podemos presentar ante él sin tener que avergonzarnos, pues estamos bajo el favor de su Gracia, somos aprobados, autorizados y bienvenidos a su presencia, y la marca más evidente de esta realidad es que el carácter de Cristo se forja en nosotros, es decir, su servicio fluye en nosotros, por lo tanto, es imposible que no exista en nuestros corazones sentimientos genuinos de servicio hacia Cristo y su pueblo.

A lo largo de la historia de la redención ningún siervo del Señor inicialmente tuvo el carácter necesario para servir, pensemos en Abraham quien comenzó siendo un mentiroso, Jacob fue un engañador, Moisés fue un asesino, Pedro un hombre impulsivo, Tomás era falto de fe y Pablo un cruel perseguidor, los creyentes de Romanos 16 también comenzaron su historia sufriendo las consecuencias del pecado, nuestras transgresiones echan a perder todos los conceptos en nuestra vida, incluyendo nuestro carácter y servicio, pero a pesar de sus profundos pecados ¿Por qué estos hombres deficientes fueron escogidos para ser siervos de Dios? Por pura Gracia, nuestras incapacidades hacen que brille mejor el poder de Dios, y nos hacen entender que todo es de él, por él y para él (Ro.11:36), así que no te desanimes, quien comenzó la buena obra en ti la terminará, si te has arrepentido de tus pecados, si has creído que Jesús tiene el poder para salvarte, Él te transformará en un servidor aprobado, él ha prometido lo siguiente para nuestras vidas:

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos (Sal.32:8).

El Señor trabajó primeramente en el carácter de estos hombres, y si bien las Escrituras nos muestran que debemos anhelar los mejores dones, en ellas encontramos un fuerte énfasis en el desarrollo del carácter de los siervos de Dios. A veces la educación y la instrucción no nos equipan para servir, lo observamos claramente en la vida de Moisés, a pesar de sus años académicos en Egipto Dios lo tuvo que enviar al desierto, para adquirir disposición, humildad y un espíritu enseñable, en el servicio, así como en la vida cristiana, el carácter posee un preeminencia por sobre los dones y habilidades, porque con nuestros dones podemos servir, pero los dones no nos convierten en siervos, es el carácter de Cristo en nosotros lo que nos transforma en verdaderos siervos de Dios, no es lo mismo servir que ser siervo, ya que el siervo sirve dondequiera que esté, porque es su identidad y carácter, es su forma de ser y no algo que él hace.

El libro de Romanos, desde el capítulo 1 al 11, es un extenso y detallado tratado teológico de como hemos alcanzado justificación en Cristo, pero desde el capitulo 12 en adelante nos muestra como esa justificación debe reflejarse en nuestras vidas y carácter, ¿Cuántas veces oraste por una congregación que enseñara las verdades bíblicas? ¿Cuántas veces anhelaste sermones con sana doctrina? Pues hallaste a IBGS, que se esmera en proclamar a Cristo crucificado, que sirve constantemente leche espiritual no adulterada, ahora que has recibido lo que tanto anhelabas, dicho Evangelio, ¿Ha transformado tu carácter en uno mas servicial y sacrificial por Cristo y su Novia? No sólo la teología de IBGS es importante, el Señor desea que nos presentemos ante él como servidores aprobados, no podemos creer lo que dice Romanos del 1 al 11 si no obedecemos el resto de la carta, muchos desean conocer en profundidad los primeros 11 capítulos de esta epístola, pero ¿Cuántos tienen un ferviente deseo de ser los servidores que reflejen lo que dicen esos capítulos?

Que Cristo sea nuestra visión, nuestro tesoro, nuestra meta. Como Pablo exhortó a los Romanos, hoy los exhorto:

hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta(Rom.12:1-2).