Viviendo con temor y gratitud
Texto base 1 de Pedro 1:17-21.
Resumen de sermón pasado.
En el sermón pasado estuvimos mirando como Pedro inicia una serie de la carta que podríamos dar el título de “como vivir entonces”. Y esto ya que luego de hablar de la obra de gracia de Dios para estos hermanos, de hablar de la maravillosa herencia que ahora ellos poseen, por gracia, Pedro anima ahora a los hermanos a vivir en correspondencia con esto.
Recodemos que estos hermanos estaban viviendo como extranjeros en tierras ajenas. Eran creyentes que además vivían en contra de la cosmovisión, en contra de la corriente que el mundo, con violencia sigue.
Estos hermanos estaban desanimados, sufriendo persecución social, invisible, mental y emocional, lo cual también estaba preparando el escenario de una persecución física unos años más adelante. Por lo tanto Pedro los anima a perseverar y a vivir para el Señor, pero esto de una forma clara; primero les hace descansar y confiar en la obra de gracia que Dios decreto, que Cristo cumplió y que el Espíritu Santo aplico. Ellos también pueden confiar que en los cielos tienen una herencia, con sus nombres, es una garantía que el Resucitado les da. Y por lo tanto ahora deben vivir vidas que honren a su Señor, vidas que estén llenas de la palabra del Señor, solo de esta forma pueden estar preparados para diferenciar el error de la verdad y solo así pueden tener sus ojos puestos en Cristo, su vida será apartada de todo mal, consagrada a Cristo, siendo como Él es, esto es completamente pleno, en gozo, plenitud total.
Por lo tanto al responder la pregunta ¿Cómo debemos vivir? Vemos claramente que debemos vivir:
- Ejercitando nuestra mente con la palabra del Señor y así podremos estar preparados para actuar con sobriedad; puesto los ojos en la gracia que se nos traerá, esto es, Cristo Jesús.
- Y de esta forma seremos Santos, consagrados para uso exclusivo de Dios. Así, al ser como Dios, dejaremos la maldad y tendremos plenitud de Vida; Pues en su presencia, en su perfección, en su santidad, en Él hay plenitud de gozo y delicias a su diestra para siempre.
Dios quiere que vivamos para Él y que seamos como Él, plenos en bondad, gozo y abundancia de vida. Sin embargo somos pecadores, pensamos que los deleites terrenales son superiores a los espirituales. Nos amoldamos a los principios o cosmovisiones de este mundo y de esta forma usamos esta bondad de Dios como permiso al libertinaje, al pecado.
Los destinatarios originales estaban en una circunstancia difícil y debían entender esto; Si bien somos hijos de un Padres santo, amoroso y bondadoso, también Él es un Dios justo, no dejara al culpable como inocente. Sus hijos por lo tanto serán castigados, disciplinados y quebrantados y en este trato es posible que muchos apostaten de la fe, mostrando así que jamás fueron verdaderamente hijos.
Pedro por lo tanto desea que estos hermanos vivan con temor a Dios, pues su salvación, su redención, había sido efectuada por medio del sacrificio de Cristo Jesús, bendito cordero de Dios.
Hoy veremos entonces los versículos 17 al 21, los cuales nos muestran los siguientes puntos:
I-Viviendo con temor ante nuestro Padre justo. Vv17,18.
17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
El texto nos dice que si invocáis, es decir, debido a que o puesto que Dios es su Padre y le invocan, como tal, sabiendo que este Padre es el Juez Justo del universo quien juzga todo, deben entonces vivir con temor reverente todo el tiempo de su vida.
Nuestro Padre.
Pedro vuelve al concepto de que Dios es Padre. Esto quiere decir que él es un Dios cercano, amoroso, proveedor, consolador, ocupado en sus hijos, maestro, líder, incondicional. Dios es Padre de todos los que han sido salvados de las inmundicias del mundo.
Estos hermanos podían entonces volver a leer estaS tranquilizadoras palabras; El dios creador de todas las cosas, el señor soberano y dueño del tiempo y del espacio, Él es su padre, Él es su amado Padre que ahora les ama y les ha dado una herencia y una esperanza de vida eterna.
5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!
7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
Gálatas 4, RV60
Nuestro Juez justo e imparcial para en sus juicios.
Debemos gozarnos al invocar a Dios como nuestro Padre. Ya no somos esclavos, sino hijos y por lo tanto herederos de las bondades eternas de Dios. Pero con ese mismo deseo, con ese mismo gozo y con los brazos así de abiertos también debemos abrazar a Dios, no solo como Padre, sino que también como juez. No porque nosotros le debemos este título, sino porque Él es juez justo.
Que Dios sea hoy nuestro Padre, no invalidada el hecho de que Él es también nuestro juez justo.
Gracias a la obra de Jesús hemos sido librados de la condenación eterna del infierno. Dice la palabra del Señor que hemos sido rescatados de la ira de Dios, la cual está reservada para todos aquellos que rechazan a Cristo, el evangelio.
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Romanos 5, RV60.
Sin embargo la escritura también es explicita en decir que existe un día en que todos daremos cuenta de nuestras obras a Dios. Existe una lamina en las almacenes o en algunos locales que dice “Sonríe, te estamos grabando”, la escritura te dice “¿puedes sonreír al saber que todas tus obras y pensamientos están siendo grabados para el día en que das dar cuenta de ellos?”.
Hermano hay un día en que TODOS compareceremos ante el tribunal de Cristo. Los incrédulos serán enviados al lago de fuego e incluso los muertos serán resucitados para ser enjuiciados y enviados así a un sufrimiento eterno. Pero los creyentes, ¿Qué pasara con ellos?. Irán a la gloria, las lagrimas serán enjuagas, pero antes de esto TODOS compareceremos ante el tribunal de Cristo.
Cada pensamiento, cada mala palabra, cada sentimiento, cada deseo, cada acto serán expuestos ante Dios. Él es un juez justo y ante Él daremos cuenta.
10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Romanos 14 RV60
10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5 RV60
Es más hermanos, dice la escritura que de cada palabra ociosa daremos tendremos que dar cuentas.
Hermanos el día en que Cristo venga por su iglesia, también será un día de juicio. Y no es momento de explicar el cómo esto se llevara a Cabo, sabemos y repito que no será un juicio, para los creyentes, de condenación y perdición, pero si, conforme a la palabra del Señor, existirá un juicio en el cual tendremos que dar cuentas de todo. Hermanos por lo mismo hacemos bien en tomar el consejo de Pablo a los hermanos de Éfeso:
Temor
La escritura manda cerca de 364 0 365 veces a no temer. Muchos usan esto y dicen que Dios, nuestro amado Padre, nos manda cada día de nuestras vidas no temer, pues Él está con nosotros. Pero también las escrituras si nos mandan a TEMER.
Esto puede sonar contradictorio, sin embargo no lo es. Tener temor es el principio de la sabiduría. Eclesiastés nos muestra que luego de hacer todo cuanto quiso el autor, llego a la siguiente conclusión:
13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
Eclesiastés 12 RV60
Tener temor por lo tanto es lo más sabio que puede hacer un hombre, vivir conscientemente de que hay un Dios y que es un Dios justo en sus juicios y ante quien estamos desnudos debe hacer que nuestras vidas tiemblen, de que el temor sea una realidad y que conduzcamos nuestras vidas conforme a lo que este juez desea y no a lo que nosotros deseamos.
¿Qué es temor?
No es un llamado a vivir con miedo ante un dios desquiciado, sediento de sangre, de castigo y lleno de odio. Este miedo es el que Martin Lutero presentaba con el titulo de Temor Servil; Este temor es el que tiene un prisionero ante su verdugo o torturador, es un temor que lleva a la persona a vivir por obras con el fin de no tener que ser castigado. En otras palabras la persona con este temor dirá:
“Tengo que hacer esto, pues de lo contrario me castigaran de tal forma que moriré”.
Pero también Lutero hablaba del Temor Filial. Este temor está basado en el concepto latino de pertenencia de familia. Este Temor es el que tiene un hijo hacia su padre, el cual desea honrar a su padre, no deshonrarle. El cual respeta a su padre, no como un amigo más, sino como su autoridad. Este niño tiene temor, miedo de dañar a su padre, no por el castigo que puede recibir, sino que no desea deshonrarlo debido a que aman a su padre que le da amor sin merecerlo. Este niño entiende que fuera de su padre no existe el bien. Dice RC Sproul:
“Él tiene un miedo o deseo de no ofender a los que ama (su padre), no porque tiene miedo de la tortura o de la pena, sino porque tiene miedo de disgustar a aquel que es, en el mundo de ese niño, la fuente de seguridad y amor”.
Por lo tanto vemos que el hecho de temer a Dios es entender que:
El es nuestro Padre y ha derramado su amor sobre nosotros, por lo tanto debemos honrarle en todo lo que hacemos.
El es un justo juez, por lo tanto nuestras obras, la forma en que vivimos y como nos conducimos debe glorificar su nombre. No debemos vivir pretendiendo jugar con Dios, no debemos usar su amor y gracia para libertinaje.
El hecho de alejarnos de Dios, lo que ocurre cuando no vemos a Dios con este santo temor, nos hará ir camino a la ruina, a un gozo falso, a una vida de vacía y frustrante.
Alejarse de Dios es vivir sin su temor, las consecuencias de esto son terribles, son consecuencias lógicas que caen sobre el hombre que desprecia el amor de Dios.
Esto está junto al hecho de que el hombre que profesa fe en Dios, pero que vive constátenme sin este temor y que es irreverente ante Él, siendo reprendido decide seguir en una vida impenitente, es muy probable que verdaderamente no sea hijo de Dios, es un apostata y es objeto, es el blanco para que la ira de Dios caiga sobre él.
Temer a Dios es
No podemos responder de otra forma que con reverencia al adorar con todo a nuestro Padre. Esto es temer a Dios; vivir en constante deseo y acción de honrar el nombre de quien quiso nuestras almas redimir, honrándole en nuestro corazón, en nuestros pensamientos, en nuestros actos. Debemos vivir con ese respeto, con esa reverencia, con esa solemnidad siempre. El temor verdadero a Dios viene de una verdadera definición de lo que es Dios. Y repito, aquí Pedro está diciendo que si Dios es su padre, entonces hónrenle, vivan sus vidas apartándose del mal, sus pensamientos deben estar buscando la honra de Dios.
Durante todo el tiempo de nuestra peregrinación.
Hermanos durante toda nuestra vida debemos vivir así. Respetando a Dios, sirviendo a Él de forma solemne. Es cierto que gracias a Jesús ahora Él es nuestro amado Padre, sin embargo esto no significa que tenemos un certificado o un free pass para pecar, pues Cristo a pagado nuestra deuda.
No existe ningún momento de tiempo intermedio en nuestra vida cristiana. No existe un lugar donde podamos hacer banca, donde podamos tirarnos a descansar mientras que nuestros hermanos están en plena guerra.
Hermanos no hay momentos en los cuales te puedas tomar vacaciones del cristianismo, ese sentir debes desecharlo y debes aprender a gozarte en la obra de Dios. El tiempo es escaso, glorifica a tu Señor con temor reverente todo el tiempo.
15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Efesio 5 RV60
Es por lo mismo que Pedro manda a estos hermanos a vivir ahora así; con temor reverente durante TODO el tiempo de nuestra peregrinación.
Juez justo.
Hermanos no olvidemos que el hecho de ser hijos de Dios no invalida la justicia de Dios, y sobre todo con quienes han disfrutado del don celestial. Quienes han lavado sus ropas, quienes han sido traídos de tinieblas a la luz, quienes han sido rescatados de la miseria, no deben vivir con una ingratitud, con un desprecio y con negligencia tal que los lleve a abusar de la gracia de Dios, que los lleve a usar esa paternidad amorosa como pretexto para pecar, como la justificación para vivir en libertinaje. ¡Cuidado! Hermanos, miremos la gracia de Dios, su amor, su paternidad para con nosotros, y así seamos motivados a vivir para Él en santidad y con temor, con deseos de no morder la mano de quien nos ha dado todas las cosas.
Hermanos, con Dios no podemos jugar. Su gran amor nos ha sido manifestado, por tanto debemos honrarle con reverencia y solemnidad, no existe espacio para tomar a Dios como padre, pero olvidarnos de que este padre es también Santo y es un juez justo. Existen padres así en el mundo, donde prima la parcialidad. Sin embargo Dios castiga y juzga cada una de las obras de sus hijos imparcialmente.
No te sorprendas de las consecuencias negativas de tu pecado, aprendamos hermanos a ver que el hecho de vivir sin temor de Dios nos hace también vivir con castigos constantes por parte de nuestro Amoroso Padre.
Por lo tanto NO hay relación entre iguales.
El Dios que ahogo a los impenitentes pecadores de los tiempos de Noé, el que derramo fuego sobre los lascivos moradores de Sodoma y Gomorra, el que mando plagas sobre Egipto, que mato a los primogénitos y ahogo a los soldados de faraón. El que estaba en Sinaí con estruendos, relámpagos, truenos, quien mato a Uza por desobedecer al tocar el arca, ante quien Isaías exclamo “¡ay de mí que soy muerto!”. Es el mismo que mato a Ananías y Safira por tentar al Espíritu y a los corintios que cenaban indignamente. Es también quien pisara a sus enemigos como uvas en un lagar.
Dios es juez y justo absolutamente, por lo tanto no pasara al culpable por inocente, pero el culpable puede ser contado como justo e inocente solo gracias a un justo e inocente hombre; Cristo Jesús.
Estamos llamados a entrar con confianza al trono de la gracia, pero no tomemos esto para entrar confianzudamente, con patudez e irreverencia al trono de la gracia.
Esto es algo que debe llevarnos a temer. Temer deseando vivir con reverencia para Él y apártanos del mal por amor a Él. Dios no puede ser burlado, por tanto antes de seguir viviendo vidas sin temor, vidas lejanas a sus desosó, debemos venir hoy a Cristo y arrepentirnos de nuestra maldad, pedir de su perdón y anhelar su comunión, para luego temer al hecho de ir en contra de su persona.
Lo que Pedro desea es que los hermanos entiendan que ellos disfrutan del gozo de ser hijos de Dios, pero también deben vivir con una clara imagen de que Dios no puede ser burlado, deben vivir intencionalmente honrando a Dios por haberlos hecho sus hijos, por haberse declarado ser su Padre y porque quien vive deshonrando al Señor y con liviandad sobre sus juicios está abierto a la apostasía, es decir, esta claramente gritando al mundo que no es un hijo verdadero del Santo Padre.
El fin de saber que Dios es nuestro Padre, pero también nuestro juez es que vivamos con temor y reverencia ante su presencia, por amor a su Paternidad y por reverencia ante su justicia. Dios es el Rey del universo, la fuente de todo poder, nuestro Padre amoroso, sí, pero también un juez santo a quien hacemos bien en someternos y disfrutar de sus cuidados, antes que pensar en que podemos burlarnos de Él y despreciar sus gracia.
II-El precio de nuestra redención. Vv 18,19
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
El temor a Dios cumple también como medio por el cual buscamos ser mas semejantes a Dios y así honrarle, sed santidad. Por lo mismo Pedro pasa ahora a hablar sobre la redención que el Padre les ha dado por medio de Cristo. Y esto busca también que estos hermanos vivan con un sentido de reverencia ante el Dios.
Pedro entonces dijo que deben vivir con temor al saber que Dios es su padre, pero que es también un justo juez e imparcial, sus obras serán expuestas, esto va de la mano con lo que ahora Pedro menciona, la invitación de que vean bien de donde fueron rescatados, que recuerden también que ya no son hijos de perdición y que aprecien y agradezcan a Dios por el incalculable e infinitamente elevado precio, como énfasis especial, de esta gran salvación.
Por lo tanto estos hermanos deben vivir durante todo el tiempo de su peregrinación con temor reverente al Señor, pero recordando siempre que han sido rescatados y ese rescate fue muy caro.
Vana manera de vivir.
En las circunstancias en que estos hermanos estaban era fácil ceder y volver a vivir de acuerdo al mundo, con los códigos que en el mundo habían aprendido. Es decir conforme a la manera heredada y enseñada por sus padres. Pedro por lo mismo les recuerda que ellos sabían, ellos no eran ignorantes de esto, sabían que eran parte de un rescate.
Debemos vivir entonces con reverencia a Dios durante toda nuestra peregrinación, pues somos del Señor. El nos rescato cuando vivíamos conforme a las pasiones de nuestra carne. Cuando estábamos en oscuridad y satisfacíamos nuestros deseos de forma rebelde y desafiante ante el Señor. Cuando nuestras justificación estaba en nuestras obras morales, en nuestra religiosidad. Cuando vivíamos en la vana manera que nos habían enseñados nuestros padres y la sociedad.
Hermano piensa por un momento ¿De dónde te saco el Señor?, El señor te RESCATO de esa basura. Hermano estabas esclavizado al pecado, estabas totalmente viviendo para esos deseos, esa vida vana y vacía era tu Señor.
¿Por qué insistes en volver a vivir de esa forma?
Las circunstancias no son justificativos para el pecado, menos para volver a vivir con esa forma de la cual fuimos rescatados.
9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
1 Corintios 6, RV60
Sí tu vida se caracteriza por estas prácticas, si tu vida es prácticamente sinónimo de pecado, debes preguntarte si realmente has sido rescatado y si esa vana manera de vivir quedo en el pasado. De lo contrario te invito a arrepentirte y a correr hacia los pies de Cristo por su perdón y por su salvación. Por su esperanza de vida y por su señorío sobre toda tu vida.
Los hermanos que leían esta carta debían hacer esta pregunta, y mirar hacia su pasado con el fin de apreciar su presente condición de Hijos amados y el glorioso futuro que les esperaba. Eran hombres rescatados, ya no eran hombres perdidos sin ciudadanía, sin rey. Hoy podían respirar tranquilamente al saber que su vida está escondida en Dios y recordando la enorme obra de Dios a su favor debían y podrían así dejar de lado la mundanalidad, los moldes del mundo, iban a poder soportar la persecución y centrarse en Dios.
El precio del rescate
El rescate que estos hermanos vivieron tuvo un precio. El hecho de poder hoy ser hijos de Dios tuvo un precio alto. La vana manera de vivir que ellos habían heredado de sus padres era un ataque directo en contra Dios. Infringía la ley santa y justa de Dios, por lo tanto debía haber derramamiento de sangre.
El precio no es comparable a nada de este mundo. Ni siquiera la palta y el oro tienen algún gramo de valor en comparación al precio que se pago por nuestras almas.
Pedro les habla del oro y de plata como elementos que son valiosos y en ese contexto eran muy valiosos también. Sin embargo no alcanzan. No alcanzan no porque estos hermanos del Asía menor eran valiosos, ellos eran pecadores, igual que tu y que yo hermano. El costo de nuestra redención fue el más elevado que te puedas imaginar, y este costo fue elevado debido a que la deuda que acarrea el hombre por pecar contra un Dios justo es incalculable. Hacer pecado, aunque sea solo uno, es inmediatamente constituirse deudor, enemigo de Dios. Por lo tanto nuestra deuda era inmensa, ni siquiera el oro o la plata la podían cubrir. Por tanto era necesario una paga digna, algo irrechazable. Nuestra deuda fue pagada con la sangre del unigénito hijo de Dios.
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
Gálatas 3 RV60
El cordero de Dios.
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
El texto dice que fuimos rescatados solamente por la sangre preciosa de Cristo.
13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.
Éxodo 12, RV60
Este sacrificio apunta a Cristo Jesús, es por lo mismo que:
- Juan El bautista 29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29 RV60
- Pablo: 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, Romanos 3:25 RV60
- Escritor de Hebreos: 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 9:12 RV60
- Juan: 9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; Apocalipsis 5:9
Podemos entonces, al igual que estos hermanos, adorar a Dios en medio de nutras aflicciones al ver que fuimos rescatados de una vida totalmente perversa y desdichada. Nuestro pecado ha sido tan alto que no podíamos pagar, sin embargo Cristo Jesús, el cordero perfecto, sin mancha, sin pecado, el unigénito hijo de Dios, puso su vida por la nuestra y este fue aceptado. Así hoy podemos gozarnos y vivir con temor de deshonrar este sacrifico, de escupir ante la cruz de Cristo. Si no que al contrario, podemos glorificar al Señor, debemos alabar su santo nombre y llevar vidas llenas de gozo y reverencia porque sabemos lo que Él ha hecho.
Tener en poco este precio, el costo de nuestro rescate tiene consecuencias terribles.
28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
31 !!Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
Hebreos 10, RV60
III-La soberanía de Dios en nuestra redención. Vv 20,21
20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
Aun mas agradecidos y con reverencia debemos vivir en el tiempo de nuestra peregrinación al saber no solo que hemos sido rescatados de la inmundicia de nuestros pecados con la misma vida del hijo de Dios, quien derramo su sangre por nosotros, sino que también Pedro desea que estos hermanos vivan vidas de temor reverente a Dios al saber que esta redención, que la obra de gracia y por la cual ellos ahora eran hijos de Dios, no fue una improvisación, no fue un plan b, tampoco fue algo de lo cual sobro para ellos como cupos sin usar que el pueblo de Israel había desechado, sino que esta gran obra estaba preparada desde antes de la fundación del mismo mundo y manifestado en tiempos postreros.
Preparado.
Antes de que Dios creara el tiempo y el espacio, la esfera de lo creado no existían, Dios estaba en la eternidad y allí Él ya tenía en mente a estos hermanos, sus escogidos, y el cómo serían rescatados de sus pecados.
Por lo tanto vemos la maravillosa sabiduría de Dios en su actuar y como cuanto vive el creyente esta allí, en sus manos soberanas y sabias.
Con seguridad podemos decir que Dios antes de decir “sea la luz” en Génesis, el dijo “sea la cruz”, para redimir a su pueblo escogido y por amor (frase de autor desconocido).
Hermano por favor medita en esto, tu vida, por insignificante que sea, por la escases que estés atravesando, por las luchas que te envuelvan y las circunstancias que estén haciendo retroceder, por favor piensa en que el trino Dios tenia tu vida destinada para salvación, y no solo eso tenía preparado a su hijo para que tu alcanzaras redención, vida eterna.
Esto es lo que se conoce como pacto de redención donde Dios da al Hijo un pueblo y el Hijo acepta en redimir ese pueblo para sí mismo, pero por medio de la muerte.
La manifestación
Cristo fue escogido antes de la creación, sin embargo él es tan misericordioso que entra dentro de la esfera de lo creado. Su manifestación por lo tanto está llena de misericordia al venir al mismo basural a rescatarnos.
Cristo ha sido manifestado en los últimos tiempos, palabra plural, pues el sentido de esto es que Jesús se manifestó e inicio así el último tiempo de vida que queda para que el ser humano, pecador, escuche el evangelio y alcance salvación.
Por ese amor es que Dios envió a su hijo al mundo.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 3, RV60
IV-Confianza y gratitud en Dios. 21.
21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
El versículo 8 decía que ellos eran creyentes, a pesar de no haber visto a Cristo. Y no solo creían sino que esto les era motivo de gozo. Para el mundo esto parece una tontería. ¿Cómo pueden creer en alguien a quien no han visto? ¿Por qué creer además que tendrán una nueva vida eterna?
Esto es solamente una obra que gracias al Cristo el escogido de Dios puede vivir. Solo gracias al llamado regenerador de Cristo es que Lázaro pudo salir fuera. Esas palabras son tan poderosas que tienen toda autoridad en la vida y en la muerte y pueden levantar a los muertos.
Nosotros creemos en Dios ya que ha hecho una obra en nosotros. A través de su muerte nos ha regalado a nosotros nueva vida, una vida que tiene un nuevo corazón el cual es de carne y por el cual hoy creemos en Dios.
Solo gracias a la obra de Cristo, gracias a su redención quienes éramos burladores de Dios, ahora somos creyentes. Solo gracias a su muerte es que hoy podemos vivir creyendo en el trino Dios.
Dios le resucito.
Cristo murió en la cruz del calvario y gracias a su muerte hermanos amados podemos disfrutar de perdón, podemos ser ahora hijos de Dios, herederos de sus promesas. Pero lo maravilloso, y Pedro vuelve a tocar este tema, Cristo no solo murió, sino que Dios le resucito.
La doctrina de la resurrección es recurrente en este libro, pues esa es la esperanza del creyente. Esta debe ser nuestra esperanza también. Ese día glorioso en que veremos al cordero de Dios resucitado, viniendo entre las nueves a buscarnos. Ese día en que podremos verle cara a cara.
La resurrección es una doctrina viene a ser un broche en la obra de redención. Sin resurrección no hay esperanza, sin resurrección no hay victoria, sin resurrección no hay perdón valido, sin resurrección la vida y el sacrifico se hacen inválidos. Sin resurrección no hay vida eterna. Es por lo tanto la resurrección lo que trae a estos hermanos confianza y esperanza.
14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;
17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.
19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
1 Corintios 15, RV60
Breve resumen.
Hasta aquí hemos visto que si Dios es nuestro Padre, también es nuestro juez, por lo tanto, si bien nos gozamos en su paternidad, debemos gozarnos en sus juicios. Este gozo no es contrario al temor. Debemos entender que nuestro Dios es justo y por lo tanto nuestras vidas deben temer. Temer a usar esa gracia como excusa para pecar, temer al burlarse de su sacrificio, creyendo que podremos llevar vidas “dobles”, que podremos tener pecados invisibles. Debemos temer pues Dios está mirando todo nuestro actuar y de vivir así, sin temor y con impenitencia ante el pecado, es muy probable que no seamos sus hijos. Por tanto debemos venir a Cristo, por perdón, por misericordia y Él será propicio a quién se reconoce como pecador.
Sin embargo esta vida de temor reverente debe ser durante todo el tiempo de nuestro andar. Y este temor se debe vivir sabiendo que fuimos rescatados de una vida corrupta, llena de pecados, que el precio de nuestra redención, de nuestro rescate fue el más alto y más hermoso; Cristo, como un cordero que derramo su sangre. Esta salvación no es un golpe de suerte, sino que fue decretada por Dios antes de la fundación del mundo y llevada a cabo en los tiempos postreros, tiempos que han iniciado con su salvación y que concluirán con su segunda venida.
Yo deseo terminar invitándote encarecidamente a que temas a Dios, que des reverencia a su santo nombre. Que vivas con esa realidad, con ese pensamiento en tu cabeza, disfrutando de ser su hijo y mirando las gloriosas riquezas que ahora te regala, pero también que vivas temiendo a Él. Que no juegues con Dios, que todo el tiempo de tu peregrinaje temas a su nombre, a tomar su gracia como una simple oportunidad para pecar.
Te animo a dejar tu pecado y a vivir con temor también al meditar en tus caminos. Piensa siempre de donde Dios te ha sacado, como te ha cuidado y cuanto ha costado esta tremenda salvación, nada más que la bendita y preciosa sangre de Cristo; el cordero de Dios.
Este sacrificio preparado antes de la fundación del mundo. Pero quien al cumplir con su obra de redención salió triunfante de la tumba y Dios le dio un nombre sobre todo nombre, ante quien toda rodilla se doblara. En quien hoy podemos tener esperanza y confianza. En quien podemos gloriarnos y saber que algún día resucitaremos con Él, que reinaremos con Él y que estaremos con Él por siempre.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Filipenses 2, RV60
Hermano que las aflicciones del tiempo presente no nublen tu visión.