Sermons Alt

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3. Retomando la obra – I. El mensaje de Hageo

La obra del pueblo de Dios había sido obstaculizada por sus enemigos, quienes habían logrado detenerla por casi 20 años. En este contexto, el pueblo de Dios se desanimó y comenzó a preocuparse de sus propios intereses. Es así como Dios, para despertar a su pueblo, envió a los profetas Hageo y Zacarías, quienes exhortaron a los retornados de la cautividad a seguir construyendo no solo el templo físico, sino sus propias vidas sobre la Palabra de Dios.

Principios Neotestamentarios de la Membresia

Marcas de la Iglesia Primitiva: Unanimidad, heterogeneidad de etnias y naciones, predicaban el evangelio de Jesucristo, el bautismo es un distintivo de un creyente, perseveraban en la doctrina de los apóstoles, compartían los unos con los otros, practicaban el partimiento del pan y la oración, tenían en común todas las[…]

Hacia los Conceptos Correctos

  La Iglesia Local existe por expresa orden de Cristo. Es Jesús quien posee la autoridad final sobre todo y todos. Lo que es y lo que no es una Iglesia Local. La Iglesia Local es la autoridad que Dios ha puesto en la Tierra para confirmar y moldear a[…]

2. Obstáculos en la Reconstrucción

El pueblo de Dios se vio asediado por sus enemigos, quienes se opusieron a la reconstrucción mediante amenazas, intimidación, difamaciones, sobornos, acusaciones e incluso violencia, logrando suspender la obra por largos años. ¿Cómo debe el pueblo de Dios enfrentar los obstáculos en la obra?

Introducción a la Membresía

El llamado de todo creyente es a la Obediencia. El llamado a todo creyente es: Hacer discípulos, edificarnos sobre la Fe y seguir la verdad para la maduración de tu Iglesia. Estar bajo el señorío de Cristo = Someternos a una Iglesia Local La membresía para una creyente es una[…]

1. Reconstruyendo el Altar

Dios rescató a su pueblo de la esclavitud en Egipto, y les concedió una tierra para que la habitasen, poniendo delante de ellos la vida y la muerte. Si ellos obedecían, verían el favor de Dios y serían prosperados en esa tierra. Si desobedecían, serían expulsados de ella y enfrentarían muerte y ruina. Lamentablemente, el pueblo desobedeció a su Dios, y sufrió las consecuencias de su extravío, pasando 70 años en el exilio. Pero el Señor se acordó de su pueblo, despertando el corazón del Rey Ciro para que ordenara su repatriación, y el corazón de los jefes de familia para que lideraran al pueblo en el regreso a casa. Es así como el pueblo se dispuso a la reconstrucción de la Casa de Dios, partiendo por el altar y por los cimientos.