Santiago ha estado enseñando acerca de la lengua y de los problemas al utilizarla mal. Ahora veremos que es necesario observarnos, a la luz de la palabra, para esto se nos presentan dos ilustraciones que nos ayudaran a examinarnos, una es el árbol y la otra la fuente de agua. Y por último veremos única cura que existe para lenguas pecadoras.
Continuando con nuestra serie «Glorificando a Dios en nuestras relaciones», estudiaremos el impacto que tiene la administración financiera en el matrimonio, reconociendo que una administración sabia, conjunta y armónica, favorece la comunión al interior del matrimonio.
Santiago continúa hablando en estos versos acerca de los problemas que hay en mal usar la lengua, mencionando su naturaleza, así como la impotencia que encuentra el hombre al tratar de domarla y también enseña sus tristes frutos. Esperamos revisar todo esto, así como encontrar en la gracia del evangelio el ánimo para usar bien este instrumento que solo así, en Cristo, puede ser de mucha bendición.
En esta sesión revisaremos la perdida y recuperación de la comunicación verdadera. Se describirán principios de comunicación y se considerarán consejos para fomentar un diálogo edificante.
Continuamos con la serie en la carta de Santiago. Santiago inicia una nueva línea de pensamiento en la cual nos enseña acerca del gran problema que existe cuando se utiliza mal la lengua, sin el corazón y para los fines adecuados que tributan al Padre. Hay un área donde este problema alcanza mayor profundidad en la comunidad de fe, y es en el ministerio de enseñanza, cuando hombres irreverentes toman estos cargos, sin los protocolos necesarios, y comienzan a enseñar cosas que Dios no mando trayendo maldición al pueblo y condenación sobre si mismos.
Continuando con la serie «Refugiados en Su Palabra» del Salmo 119, veremos un contraste entre los justos y los que rechazan someterse a la Palabra de Dios, y cómo Dios ejerce su juicio sobre los hombres.
Continuando con la serie basada en el salmo 119, «Refugiados en Su Palabra», veremos cómo la Palabra, al ser la luz que alumbra nuestro sendero, nos ilumina para obedecer la Ley de Dios, nos ayuda en las aflicciones propias del camino y llena de gozo nuestro corazón.
Jesús continúa con la sección del Sermón del Monte en que aborda la vida del discípulo en su relación con los bienes de este mundo. Habiendo descrito el peligro de vivir amando las cosas de este siglo, ahora trata con la otra cara de la misma moneda: la ansiedad por el mañana. En este contexto, expondremos cómo el afán por el futuro es infundado y refleja incredulidad, y explicaremos lo que sí debe ocupar nuestro ser: la búsqueda del reino de Dios y su justicia.
En esta clase seguiremos estudiando nuestras relaciones a la luz de la Palabra. Ahora veremos conceptos correctos que debemos considerar para entonces iniciar un proceso bíblico en cuanto al cortejo, y así glorificar a Dios en esta área de nuestras vidas.
