Aquellos que se encuentren desprovistos de toda justicia, rectitud y perfección son llamados por Dios a venir por la justicia de Cristo, que es la única en la que podemos estar satisfechos. Por causa del Santo de Israel, Jesucristo, somos llamados hoy a buscar a Dios mientras pueda ser hallado y abandonar todo mal camino y pensamiento, confiando en su inmerecido perdón.
Analizaremos en profundidad que unirnos a una Iglesia local implica someternos a ella. Estudiaremos y aplicaremos aquellos textos de las Escrituras que nos hablan sobre la importancia de los «unos y de los otros» en nuestra vida espiritual.
Vivimos en tiempos difíciles y la forma de enfrentarlos debe ser celestial, no terrenal. Hemos sido criados por una vana manera de vivir heredada de nuestros padres que incluye enseñanzas directas, así como otras que se respiran, son invisibles y ideas que traen consecuencias, pero cuando llegamos a ser de Cristo, por su gracia, renunciamos al mundo, y esto implica que también renunciamos a la forma de razonar que nos entrega este. Esto lo vemos en el como reaccionamos ante las circunstancias que atravesamos en la vida lo cual dice mucho de la forma de razonar que predomina en nuestro corazón. Hemos aprendido que las circunstancias determinan nuestra condición, mientras más bienes materiales me rodean y así cuantos más sueños cumplo, mientras menos esfuerzo realizó; más gozo tendrá mi vida. Estamos programados a pensar que nuestro gozo es fruto de buenas circunstancias y nuestra tristeza es fruto de malas circunstancias. Cuando llega una enfermedad, cuando llega la escasez o cuando tenemos una decepción nos derrumbamos ¿está mal dolerse ante situaciones complejas? NO, pues hay un tiempo para llorar, sin embargo nuestra paz, nuestro gozo, nuestra seguridad no es determinada por las circunstancias de la vida. Esta forma de razonar es diabólica, es anti bíblica y muy dañina, pues la escritura nos enseña a gozarnos en el Señor siempre, cualquiera sea nuestra circunstancia, no encontramos gozo en las cosas creadas sino que en el creador. Esta carta nos enseña a gozarnos en la obra del Señor quien la inició y la terminará, a gozarnos en el avance del Evangelio, a gozarnos en la vida o en la muerte, esta carta nos enseña a gozar nos en la iglesia y en el servicio que debemos al Señor, nos enseña a gozarnos en Cristo; el gozo en nuestro peregrinar.
Aunque la única condición para ser unido a Cristo, bajo el pacto de gracia, es la fe, estudiaremos que en contextos como el nuestro, la sola profesión de fe no es suficiente para identificar a un cristiano verdadero, por lo que se requiere examinar otros aspectos como la presencia de[…]
Vivimos en tiempos difíciles y la forma de enfrentarlos debe ser celestial, no terrenal. Hemos sido criados por una vana manera de vivir heredada de nuestros padres que incluye enseñanzas directas, así como otras que se respiran, son invisibles y ideas que traen consecuencias, pero cuando llegamos a ser de Cristo, por su gracia, renunciamos al mundo, y esto implica que también renunciamos a la forma de razonar que nos entrega este. Esto lo vemos en el como reaccionamos ante las circunstancias que atravesamos en la vida lo cual dice mucho de la forma de razonar que predomina en nuestro corazón. Hemos aprendido que las circunstancias determinan nuestra condición, mientras más bienes materiales me rodean y así cuantos más sueños cumplo, mientras menos esfuerzo realizó; más gozo tendrá mi vida. Estamos programados a pensar que nuestro gozo es fruto de buenas circunstancias y nuestra tristeza es fruto de malas circunstancias. Cuando llega una enfermedad, cuando llega la escasez o cuando tenemos una decepción nos derrumbamos ¿está mal dolerse ante situaciones complejas? NO, pues hay un tiempo para llorar, sin embargo nuestra paz, nuestro gozo, nuestra seguridad no es determinada por las circunstancias de la vida. Esta forma de razonar es diabólica, es anti bíblica y muy dañina, pues la escritura nos enseña a gozarnos en el Señor siempre, cualquiera sea nuestra circunstancia, no encontramos gozo en las cosas creadas sino que en el creador. Esta carta nos enseña a gozarnos en la obra del Señor quien la inició y la terminará, a gozarnos en el avance del Evangelio, a gozarnos en la vida o en la muerte, esta carta nos enseña a gozar nos en la iglesia y en el servicio que debemos al Señor, nos enseña a gozarnos en Cristo; el gozo en nuestro peregrinar.
Repasando el concepto de Iglesia tanto en el Antiguo como Nuevo Testamento, descubriremos el concepto, necesidad e importancia de la membresía en la Iglesia, y cómo las Escrituras describen a la Iglesia local.
En este testimonio fiel de la Persona, enseñanza y señales de Cristo, vemos cómo el Verbo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros, y en ese ministerio nos amó hasta el fin y como el Buen Pastor, dio su vida por sus ovejas para que ellas pudieran tener vida en abundancia. En este Evangelio nos encontramos ante la tensión constante que se da ante la revelación de Jesús como el Cristo y el Hijo de Dios, el rechazo por parte del pueblo judío en general y sus líderes religiosos, y la fe creciente que se desarrolla en el grupo de sus discípulos.
En esta sesión observaremos las características esenciales que conformaban a la Iglesia Primitiva y que el concepto de la membresía eclesial está arraigada en la naturaleza de la Iglesia de Cristo a través de los siglos.
En este testimonio fiel de la Persona, enseñanza y señales de Cristo, vemos cómo el Verbo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros, y en ese ministerio nos amó hasta el fin y como el Buen Pastor, dio su vida por sus ovejas para que ellas pudieran tener vida en abundancia. En este Evangelio nos encontramos ante la tensión constante que se da ante la revelación de Jesús como el Cristo y el Hijo de Dios, el rechazo por parte del pueblo judío en general y sus líderes religiosos, y la fe creciente que se desarrolla en el grupo de sus discípulos.
En esta sesión introduciremos los conceptos que darán vida a la nueva serie Perteneciendo y Participando. Veremos la naturaleza de la Iglesia local, observando lo que «no es» bajo la cultura dominante y lo que sí es según las Escrituras. Comprenderemos que la membresía a una Iglesia local no es[…]
¿Qué ocurriría si hoy te dijeran cómo vas a morir? ¿Haría eso un cambio en tu vida? ¿Te llevaría a enfrentar el día a día de manera distinta?
Luego de haber restaurado a Pedro en su fe, su comunión y su ministerio, el Señor Jesús anuncia la clase de muerte que Pedro sufrirá, que sería un fin violento a manos de otros por causa de su fe. En relación con esto, reflexionaremos sobre nuestro llamado y nuestro destino como discípulos, entendiendo que ya sea que muramos en paz o en medio de un martirio atroz, nuestra muerte debe ser para la gloria de Dios.
Finalizamos la serie de «Los Pactos de Dios» con una clase práctica que permitirá reforzar los contenidos vistos durante la serie, principalmente mediante estudios de casos.