En este pasaje, el Señor se aboca a tratar la relación de sus discípulos con las cosas de este mundo. Para ello ocupa tres contrastes: el tesoro en esta tierra y el tesoro en el Cielo, el ojo malo y el ojo lleno de luz, y, por último, los dos amos: Dios o las riquezas. A través de estos paralelos, aprenderemos sobre el corazón que Jesús demanda de sus discípulos, dedicado exclusivamente al Señor.
En esta clase continuaremos estudiando nuestras relaciones, pero ahora en el marco del cortejo y noviazgo bíblico, buscaremos reformar con la Palabra de Dios nuestras ideas, pensamientos y acciones que son dañinas, contrarias a la voluntad del Señor y que no glorifican su Santo nombre.
En esta sección del libro de Nahúm veremos la caída irrevocable de Nínive. Dios le dará a beber de la copa de Su ira a causa de sus pecados. El caos y la confusión son totales en la ciudad. No hay fortalezas ni sistemas de seguridad que salven la ciudad. Los muros y torres caen como brevas maduras, los soldados abandonan el campo de batalla, los comerciantes retiran sus activos de la ciudad y los líderes duermen mientras los ciudadanos no tienen a quien acudir. No hay remedio para una ciudad endurecida por el pecado. En ese oscuro panorama veremos cómo resplandece el remedio del evangelio y la gracia del Señor Jesucristo. Se nos exhortará a vivir una vida de continuo arrepentimiento y fe en el Señor Jesucristo.
En este sermón estudiaremos el origen, naturaleza y destino de la ciudad de los hombres tipificada en Nínive. Veremos la arrogancia característica de la ciudad de maldad, sus prácticas y decadencia. El Señor nos enseñará que él dará justa retribución a esta altivez y contrastaremos el pérfido ejemplo de Nínive con nuestra ciudad: la Nueva Jerusalén.
Seguimos con la serie «Glorificando a Dios en nuestras relaciones» en esta clase veremos el valor que Dios le da a la soltería, su naturaleza bíblica e implicaciones.
En esta sección del libro de Nahúm veremos el inevitable castigo hacia Asiria en la destrucción de Nínive. Veremos que Dios es soberano sobre las naciones y él las usa para sus propósitos: para salvar, para disciplinar y para aplicar su justa ira. Ningún recurso, por poderoso o valioso que sea sirve en el día de la angustia, solo Dios es bueno y una fortaleza. Veremos que el Señor destruirá a sus enemigos, pero él restaurara a Su pueblo y lo preservará hasta el fin.
En esta sección del libro Nahúm veremos el despliegue de la bondad de Dios sobre Su pueblo a través de Su irrevocable justicia sobre Sus enemigos. Veremos como el Señor desbarata las tramas de sus adversarios y los desarraiga como espinos de la tierra dándoles justa retribución por sus iniquidades. Esto es motivo de celebración y fiesta para el pueblo de Dios quien disfrutara de una plena paz en el consuelo del evangelio.
El libro de Nahúm nos relata lo que aconteció a Nínive después de la aparición del profeta Jonás. Los asirios no perseveraron en su arrepentimiento, sino que volvieron a sus prácticas crueles y sanguinarias. Fueron usados por el Señor para castigar el pecado de Israel, el reino del norte. Pero ahora, Dios saldará cuentas con sus enemigos. En esta primera sección estudiaremos que el Señor castiga la maldad y no es indiferente ante la injusticia. Él es vengador de Su pueblo y castigador de todo pecado. Veremos un magnífico despliegue de la ira de Dios en los elementos de la naturaleza y la oferta de Su preciosa bondad ofreciéndose a Su pueblo como un refugio en el día de la angustia.
Siguiendo con la serie “Refugiados en Su Palabra”, basada en el salmo 119, reflexionaremos en torno al amor que tenemos los creyentes por la Palabra del Señor, y cómo dicho amor se evidencia en una permanente meditación de ella, un mayor entendimiento y una mayor seguridad de su eficacia como medio de gracia.